miércoles, enero 23, 2008

Ayer

Ayer soñé que soñaba, pero los delirios no se me dan tan bien como yo quisiera así que desperté y era un día normal de la etapa en la que ahora me desenvuelvo. Desperté, además, con cierto temor de que el resfriado que me ha andado persiguiendo me hubiera hecho su presa, pero fue un alivio darme cuenta que, todo lo contrario, las vías respiratorias estaban en un grado de libertad mocuna muy apreciable. Me levanté rápido porque había apagado en repetidas ocasiones la tenaz alarma del despertador de mi celuar (como hago a diario). Como me había bañado la noche anterior para no tener que salir con el cabello mojado, a cambio no hubo manera de salir con el cabello peinado. Parecía mi cabeza un nido de águila, pero estando conforme con mi estado de recuperación sanitaria dejó de importarme mi estética personal. Por si mi despeinado fuera poco, en aras de llegar puntual tampoco planché la camisa, cuya etiqueta me engaña a mí diciendo que es wrinkle free (sin arrugas), lo que nadie en el mundo podría apreciar si se lo preguntaran y sería muy raro andar enseñándole a todos la falaz etiqueta para justificarme.

El transporte público estaba más lento que de costumbre, lo cual tuvo por inmediata consecuencia un lleno más irritante que el de un día normal, agravado por la insistente cercanía de un tipo que olía a fermento de pies, revuelto con otras aromas que emanaban de su ropa y de sus carnes (todas desafortunadas, vale decir). Por más que me moviera en los mínimos márgenes que da un vagón de metro en horas pico, el tipo se me volvía a acercar aprovechando los espacios libres que yo iba dejando. A Dios gracias, todo sufrimiento tiene su fin y hubo una estación en la que se bajó y ya sólo quedaba otro millar de seres humanos molestos con los cuales compartir el resto de mi trayecto.

Las horas de la oficina no fueron malas pero, como dice una amiga, hasta te tienen que pagar por hacerlo, lo cual debería generar suspicacias sobre la disfrutabilidad de trabajar. La hora de la comida tenía, entonces, que ser un aliciente (y frecuentemente lo es) pero ayer tampoco fue un día de suerte. Y caí en la cuenta que los sinsabores de la vida no te desilusionan tanto como los sinsabores de la comida.

Al salir del trabajo la situación se iluminó. Tenía dos eventos, el primero era escoger un regalo para un amigo que disfruta tanto la vida que hacía que mi elección no fuera difícil y, el segundo, era ir a la inauguración de la exposición de unos amigos artistas, que montaron varias obras de arte relacionadas con temas de la plataforma urbana de la ciudad de México (uuuy, demasiada tela de dónde cortar!!!), en especial de uno de los suburbios con altos índices de marginación que se llama Chimalhuacán. [Se las recomiendo a los que puedan ir, está en el Museo de la Ciudad de México, que está en la calle Pino Suárez (frente a la estación del metro Pino Suárez, líneas 1 y 2). Lo feíto fue que unas horas después ellos partían primero rumbo a Brasil y después para otros destinos que no son México, sino muy lejos, y que harán nuestro rencuentro más difícil o, uno nunca sabe, hasta imposible. Los amigos son para tapar vacíos existenciales - pensé - pero su ausencia genera nuevos huecos en un juego de nunca acabar.

De regreso otra vez el metro y el metrobús hasta mi casa, pero en trayecto nocturno que desata unos miedos inútiles a ser víctima de no se quién o no sé qué. Después, llegar a la casa y darme cuenta de que el platillo a base de camarones que preparamos desde el sábado, seguía adornando y "aromatizando" la cocina porque a mi roomie y a mí nos da como asco tirarlo y más asco comérnoslo, porque no lo refrigeramos y debe tener más salmonelas que toda el África Subsahariana junta. Luego, a dormir y, otra vez, a soñar que soñaba.

8 comentarios:

Pintosevich dijo...

Soñar que soñaba, bonita frase! recurro mucho a eso yo también jeje y qué tal? Pensé que cuando estabas poniendo que fuiste a una exposición o algo así pensé que dirías que fuiste a la del Zócalo, de Gregory Colbert? si no me equivoco con su nombre, se ve imponente, cuando fui la estaban construyendo pero ni idea de que era jaja hasta ahora voy cayendo en cuenta!

Saludos y si vas lo pones! jeje

Cuquita, la Pistolera dijo...

Me quedé pensando en eso de que si nos pagan por tener que trabajar tan linda no es la cosa...
Voy a pedir aumento.
Duerme...

Anónimo dijo...

"grado de libertad mocuna" Y "olía a fermento de pies" <- ooo que bellas pelabras hermano, seguro salieron del mas agradable y exquisito poeta que traes dentro... jajaja hiciste que tu día, que para ti no fue bueno, fuera excelente para nosotros... que padre que puedes expresar todo tipo de sentimientos de la manera mas creativa, graciosa y agradable... u make my day! =) gracias....

Aydee dijo...

Oye, y siempre si te decisiste de los camarones con Salmonela? No la mueles, si algo te pasa quien nos va a deleitar con sus chistosisimas aventuras?

Cuidate,XOXO

CRISTINA dijo...

Pues yo también me he quedado como Cuquita con eso del trabajo, con lo de que no será tan bueno trabajar cuando nos tienen que pagar por ello...será que es lunes

Anónimo dijo...

hola rafa se me hozo agua la boca con eso de los camarones pero sin salmonela estoy esperando tu experiencia del museo nomada y que me digas que es ashes and snow saludos y que placer leerte, el blog no la mano tu hermana mayor

Julietta dijo...

Hola, sólo pase a saludarte y desearte una feliz semana.. no creas que me olvido de tí ehhh! niño de la gran sonrisa.. jejejeje!

RBD dijo...

Pintosevich,
Tengo muy pendiente ir a esa exposición, ya platicaré algo en el blog cuando lo haga.

Cuquita,
Sí, tú pide aumento y si no te hacen caso nos vamos los dos a la huelga, ahora que están de moda en otras áreas.

lil' sis,
Hermana, en realidad, no es que ese día no hubiera sido bueno, sino que tuvo cosas desagradables, como las tienen casi todos, pero me alegra que haya servido para divertirte, al menos.

Aydee,
Sí, con todo el asco del mundo me pude deshacer de los camarones que ya duermen el sueño de los justos en algún basurero de la ciudad.

Cristina,
Por algo será, por algo será... tú sigue echándole ganas que ya pronto será viernes!!!

Hermana mayor,
Ya quisiera yo que alguien me leyera la mano, creo que me facilitaría la vida, pero lo pronto con que lean mi blog me pongo contento.

Niña de los ojos negros,
Feliz semana a ti también!!!

Saludos a todos,

Rafa