jueves, octubre 09, 2008

Tengo ganas...

De viajar en el tiempo y volver de vez en vez a mi pasado, a la infancia de las tardes calurosas que terminaban en tormenta en la época de las aguas, o cuando en junio le ofrecíamos flores al Sagrado Corazón de Jesús en el Rosario vespertino, vestidos con aquella sotana roja con la capucha blanca, como de acólitos, que olían a guardado y volver a vivir la emoción del último día de ese mes, en el que como premio nos regalaban rebanadas de sandía o hielitos de sabores a los que llamábamos "nenes".

De llorar copiosamente y después de eso sentirme aliviado, como si me hubiera deshecho de todas las emociones contradictorias que acumula uno a lo largo de sus años.

De reírme hasta llorar del dolor de estómago, como podía pasar en cualquier receso de la secundaria o la preparatoria, contándonos anécdotas completamente ordinarias para el oído ajeno pero que estaban repletas de sentido para quienes las habíamos vivido.

De tener una historia de amor tormentosa que termine muy bien.

De un año sabático de mí mismo, con disponibilidad abundante de recursos - si no es mucho pedir -.

De pasar más tiempo con mis amigos y vivir con mi familia, de unos tacos de carne asada o unos dogos de la Tutuli.¡Ay! La nostalgia...

Tengo ganas hasta de no tener ganas de todo esto...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días (de aquí) Rafa:

He leído este post tempranito y qué bonito me ha parecido. ¿Sabes esa sensación cuando lees algo que otro ha escrito y ves que ha encontrado las palabras justas para expresar algo que andas sintiendo? Pues lo de tener ganas de un "año sabático de mí mismo" es una expresión justa que me quedo para mí (y el añadido de la disponibilidad abundante de recursos bien que me gustaría) Por cierto, me mata la curiosidad: ¿qué son dogos de la Tutuli? ¿Se comen? ¿Dulce o salado? En las nostalgias del corazón (y del estómago)es donde más se ven las diferencias culturales.

RBD dijo...

Hola Anaí,

Dogos es como les llamamos a los hot dogs en Hermosillo, pero tienen la particularidad de ser enormes y tener una abundante cantidad de opciones para rellenarlos, tan inverosímiles como pepinos con crema, guacamole (aguacate hecho pasta), champiñones, pepinillos agrios, frijoles, chorizo, cebolla con tocino, jajaja... en fin, una larguísima lista de ingredientes. La Tutuli es una plaza cerca de mi casa en donde se pone una carreta de "dogos" que es muy famosa (y una de mis adicciones). Espero que pronto podamos tomarnos esos sabáticos con muchos recursos que los dos estamos queriendo. Un abrazo grande,

Rafa

Anónimo dijo...

tengo ganas de...
ver a mi hermano !

Miriam

Alejandro dijo...

Por aquello de ver lo bueno en lo que sentimos que no lo es tanto, dicen algunos que en estos estados de añoranza, nostalgia y melancolía, los humanos son impulsados a generar productos que exhiben lucidez extrema (poesía, literatura, música, conocimiento científico, etc.)Así que en una agenda de valoración y aprovechamiento de la tristeza, te invito a fortalecerla por ósmosis auditiva escuchando música de ensambles de viola (consort de violas)renacentista del compositor inglés isabelino John Dowland, en especial la obra lachrimae antiquae o por ósmosis literaria con la poesía de John Donne. Del producto que resulte de estas dos exposiciones estéticas luego me cuentas...y si de plano quieres una tercera estimulación en el orden cinematográfico, pues adelante con Cinema Paradiso...aunque esa sería una actividad complementaria extrema. Un abrazo solidario.

Anónimo dijo...

Buenos días Rafa:

Gracias por la aclaración. Es que, a veces, parece que en esta orilla y la otra no hablamos el mismo idioma (lo cual le da gracia a la cosa)En cualquier caso, en Méjico habláis un ¿castellano? ¿español? especialmente sabroso y colorido que aquí nos encanta.

CRISTINA dijo...

Y yo, Rafael, y yo...

Besos, muchos besos.

Ale Fregoso dijo...

Que Lindo Post Rafa!!!.. Hace mucho que no andaba por aquí y recorde que es un espacio que disfruto.
Hasta Pronto...

Alejandra Fregoso