viernes, noviembre 09, 2007

Mi única patria es la lengua

Con motivo de la gira conjunta de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, que dieron su concierto en la ciudad de México a finales de octubre (¡hasta el presidente Calderón se presentó a la cita! Y yo no y no sé bien porqué, tengo un par de semanas tratando de saberlo y no estoy ni cerca de conseguirlo). El caso es que con ese motivo, estarán saliendo a la venta semanalmente en los puestos de revistas, a manera de fascículos (no sé si vaya con 'sc' y tengo flojera de ir al diccionario a revisarlo), doce libritos, con su respectivo disco compacto, de estos cantautores. O sea, veinticuatro discos. De tal manera que estoy estoicamente emocionado (sin brincos ni lloriqueos, pues). El primer tomo me costó 50 pesos y es el álbum física y química de Sabina. Los libritos están monos y son como estuches de los discos, así que se verán lindos una vez que termine mi colección. Aunque inicialmente consideré que todos iban a costar 50 pesos, después mi parte más racional me informó que ése debe ser el precio de introducción para que te engranes con la colección y ya los últimos calculo que me los terminarán vendiendo a unos 548 millones de pesos, cuando sea demasiado tarde para dar marcha atrás a la complexión de mi colección. Y como estoy más resuelto y enfermo mental que cualquier consagrado filatelista, ya me hice el propósito inamovible de que la terminaré.

Me gustan mucho las canciones de Sabina y Serrat, la música y la letra. Y con la impertinencia que me caracteriza, declaro que no pienso tratar de disculparme por que me gusten o disculparlos por que se hayan auto-copiado sus esquemas, por ya no estar en su período creativo, por ser tan clichés, o cualquier otra razón por la que he escuchado a muchos denostarlos. Me gustan y punto, no los idolatro. Y como soy autocomplaciente, admiro y ¿quiero? a cualquier artista (o artisto) que desate en mí cualquier tipo de placer, reflexión o pensamiento trascendente (los muy pocos que tengo). La verdad, me llegan hasta a caer mal las opiniones de los que con una ceja levantada desaprueban toda la obra de alguien por alguno de sus defectos. Pues ¿pa' qué sirve el perfeccionismo si cada obra artística puede establecer una relación casi autónoma con el que la ve o la disfruta?

A pesar de todas sus inconveniencias, Sabina me saca la carcajada cada rato al poner oído a lo que dice en sus canciones, como una que oí ayer que dice algo como "amor es el nombre del juego en el que dos ciegos juegan a hacerse daño". O me encantó lo que contestó en una entrevista y que da título a esta entrada: "me di cuenta al volver (de Buenos Aires y de México, D.F.) que la lengua es la única Patria". Este punto me encantaría explorarlo en una entrada independiente, ahora que la red de blogueros de la que formo parte prescinde completamente del concepto de nacionalidad (mandando al diablo cualquier soberanía). Y cada vez que canta "Peor para el Sol, que se mete a las siete a la cuna del mar a roncar, mientras su servidor le levanta la falda la Luna", la canto con él con mucha pasión (y fea voz), aunque no le esté levantado la falda a ninguna luna en ese momento... ¡Larga vida a Sabina y a Serrat, y a los 24 discos que se supone que voy a comprar!

6 comentarios:

Cuquita, la Pistolera dijo...

Bueno, yo fui al concierto del miércoles y fue buenísimo. Hace mucho tiempo que no disfrutaba tanto un espectáculo de Sabina. Son brutales, ingeniosos y simpáticos. Me caen bien. Me gusta más Sabina que Serrat.

¿Así que venden los disquitos a 50 pesos? Guau, ¿cuándo empezaron a venderlos? Voy a correr al puesto de periódicos, se ve muy buena la promoción (me puedo ahorrar los de Serrat... uy qué mala soy)

Excelente!!!

CRISTINA dijo...

Son geniales los dos.
Y parece que en México pasa lo mismo que por aquí, por lo menos en el caso de Sabina. Lo de que es un poquito gamberro y juerguista sí que se valora. Pero es una pena que no acabe de reconocerse lo buen letrista que es. Y parece que uno tenga que disculparse porque le guste. No digo que sea Cernuda o Benedetti, pero sí que ha escrito letras bellísimas.

Serrat afortunadamente está reconocido y respetado. El que ahora no componga tanto como antes pienso que es lo de menos. Sigue siendo un ejemplo de buen hacer y además, sin quedarse en el pasado, ha conseguido ser fiel a un estilo, un público, unas ideas... y siempre desde la educación y el respeto.

En cuanto a lo de mi única Patria es la Lengua...ufffff...no sabes la que se lía aquí por eso, Rafael. ¡¡¡¡Madre mía si dices algo así en Cataluña, País Vasco...y más a las puertas de una campaña electoral!!!!
Pero el tema da para mucho. Mejor espero tu post.
Yo sigo pensando que mi patria (con minúsculas) es la gente que quiero y que me quiere, estén dónde estén y hablen lo que hablen, pero entiendo tu idea, claro. ¡¡Cuidemos la Lengua (con mayúsculas)!!

Besos.

Anónimo dijo...

Siempre me he quejado de que el arte en los museos y en los auditorios esta fuera de contexto, el arte debe ser accesible, publico, se debe compartir ...diga SI a la pirateria
pasare por Sonora y despues por el DF en diciembre, con gusto puedo pasar a recoger las 24 copias de los discos

tu no mas me avisas

RBD dijo...

Todo el fin de semana estuve con el pendiente de haber escrito mal el fragmento de canción de "Peor para el sol..." porque había escrito "que se mete a las siete a la cama del mar a soñar", cuando la canción dice "que se mete a las siete a la CUNA del mar a RONCAR". Pero no tuve conexión a Internet así que no pude cambiarlo.

Cuquita,
Pues qué envidia, todos los que me han dicho que fueron han quedado encantados. Yo sigo lamentando mi inexplicable omisión. Por mi parte, no podría ahorrarme los de Serrat, es mi favorito (pero no le digas a Sabina).

Cristina,
La verdad no había pensado en lo mal que se podía interpretar en España la frase que tanto me gustó. Ya me extenderé en las implicaciones que yo le doy que (creo) son más saludables y trascienden los problemas de integración lingüística españoles (o belgas, más de moda últimamente).

Mariana,
Qué emoción que vengas a Sonora y a México. Tal vez y hasta podríamos tomarnos un café (o un bacanora). Ya nos pondremos de acuerdo. Un abrazo,

George Hazard dijo...

A mí me gusta mucho sabina, y fíjate que nunca le he visto en concierto.
Su dúo con Rocío Durcal en "Y nos dieron las diez, y las once..." es una de mis predilectas, junto con el bulevar de los sueños rotos o "Peces en el mar", aunque este tema me gusta más cantado por Ana Belén.
Que disfrutes de la colección y si puedes del concierto!

Anónimo dijo...

A mí no me gustan -ya- ninguno de los dos (antes los adoraba).¿soy impertinente por ello?:no.
Tú tampoco lo eres por afirmar que te gustan :)

En la diferencia está el enriquecimiento mutuo.
Coincidir en todo, a la gente le gusta, pero crea zombies en vez de amigos.