viernes, septiembre 08, 2006

Amante como soy de los estereotipos...

Me encantan los asiáticos y lo disciplinados que saben ser; los hindúes por su amabilidad, aunque no les entienda nada cuando hablen; los africanos por su honesta sonrisa que oculta tantos maltratos y sufrimientos; los latinoamericanos me encantan también por su alegría y por el orgullo con el que reaccionamos al doloroso proceso de nuestra creación como pueblo; los europeos por existencialistas y los árabes por fervientes y por los ojos de sus mujeres. También me gustan los chinos por abundantes y porque se pueden entender entre ellos aunque hablen todos al mismo tiempo; los japoneses por su adicción a los microchips y los europeos del este por Praga y Budapest, cuya belleza tan bien complementan sus mujeres, y porque no es fácil sobrevivir en los Balcanes. A los italianos los quiero porque su cocina es exquisita y combina muy bien con Umberto Eco; a los españoles por el Quijote aunque pocos de ellos lo hayan leído y por Serrat; a los franceses porque nadie como ellos le ha dado a 'esnob' un sentido más positivo; a los portugueses por Madredeus. Y también admiro a los estadounidenses por visionarios y porque aparte de rednecks tienen a Walt Whitman y a Noam Chomski; a los alemanes por ordenados aunque tengan tantas culpas históricas que purgar; a los ingleses por prácticos, amorales y porque les gusta hacer todo diferente a los demás y, a pesar de todo eso, produjeron a los Beatles. Me impresionan los holandeses por liberales; los australianos por Nicole Kidman; los canadienses por tolerantes; los griegos por su contribución a la creación de la cultura occidental; los escandinavos por el nivel de vida que han alcanzado para sus pueblos y por la belleza increíble de Greta Garbo y también me impresionan los judíos porque el número de premios Nóbel que han recibido es sólo un reflejo de lo buenos que son en todo lo que se proponen, aunque sus guerras contra Palestina y Líbano son la prueba fiel de que el holocausto no le enseñó a la humanidad lo suficiente. Y me resulta entrañable la alegría de los cubanos con o sin Fidel y cada nota de Silvio Rodríguez; los brasileños por fiesteros y por Caetano Veloso; los colombianos por resistir su estereotipo de narcotraficantes y por las caderas de Shakira; los argentinos porque me han dado amigos excelentes y por Borges. Y a los mexicanos los quiero por educados, aun cuando a veces sólo sea en el trato formal y porque qué sería de mí sin mi familia, mis amigos y mi Huásabas y porque no me concibo sin Cantinflas, Chespirito, Pedro Infante y el mariachi y los quiero, sobre todo, porque por más que me aleje de mi tierra siempre quiero volver...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah! la ensalda cultural se te esta metiendo por los poros, a mi me paso lo mismo cuando recien llegue al area de la bahia en California, solo que nunca pude describirlo con palabras tan apropiadas y coherentes como las tuyas...y si, Noam Chomski me mantiene creyendo en los blancos, a pesar de que mataron todos los bufalos para matar a los nativos de hambre y de que nos robaron la mitad del territorio mexicano.
Como ya te diste cuenta los Hindus son mi pasion y por eso me case con uno, asi puedo ver sus ojos cada vez que despierto en la ma;ana.
Acabo de hacer un documental del error de diciembre que me gustaria mostrarte, si tienes un P.O Box puedo enviartelo

Anónimo dijo...

Ay Rafaaaa, qué bonito! me dieron ganas de llorar :) Cuánta nostalgia encima.. un abrazote... H.

Doria dijo...

definitivamente me uno a los otros comentarios...se me puso la piel de gallina y me dieron ganas de llorar...esa manera de decir las cosas, es tan interesante, en verdad me agrada mucho tu blog, que padre que puedas conocer tantos lugares, es muy ameno leerte..un abrazo Rafa.