jueves, enero 20, 2005

Visiones crepusculares

Caminaba por entre las nubes del crepûsculo y todas eran de colores que mi ojo nunca habîa visto y que no puedo alcanzar a describir, ni siquiera puedo recordarlos con precisiôn. Sôlo sé que los vi y que no podîa siquiera contener la emociôn de estar ahî. Sé que de mis ojos rodaron gruesas gotas de algo que parecîa mercurio y cuando por su peso llegaron hasta la nube que pisaba, formaban figuras de formas caprichosas, como de divinidades de la mitologîa nôrdica. Creî estar soñando pero aquello era tan real que la duda no pudo contener los sentimientos que me producîan el contemplar las maravillas que se descubrîan a mi vista. Ocupados estaban mis pensamientos en el deleite que me producîan el descubrir a cada paso doradas hadas, simpâticos duendes y elfos de una hermosura que nunca mis palabras osarîan intentar describir, por no afrentarlos con la limitaciôn de mi lenguaje que tan poco favor podrîa hacerles, por mâs que yo esforzara mi intelecto. Fue entones que vi acercarse al sîmbolo mâs puro de la belleza que los siglos han podido imaginar. "He venido para ser tu guarda", me dijo el unicornio, en una lengua arcana. "¿Por qué piensas que necesito de tu vigilancia?", le respondî en la misma lengua, mâs sorpendido de poder yo hablarla como de la situaciôn en la que me encontraba. "En la belleza es donde se encuentran escondidos los mâs grandes peligros" se contentô en decirme y me subiô sobre sus espaldas, sin mâs montura que el delicado pelaje blanco y sedoso que le cubrîa. Nunca me ha abandonado y juro a Dios que me ha salvado un tal nûmero de veces de perder esta vida que llevo que no puede mi mente retener tantos mortales episodios de encantadoras sirenas o de flechas tiradas por el brazo de Diana y dirigidas a matar lo que hay de vivo en mî. Creî errôneamente que salir de aquel lugar que parecîa existir sôlo en la imaginaciôn de los hombres era sôlo que mi voluntad asî lo dispusiese. Pero como la propia humanidad no ha podido librarse de esas ideas que aûn la esclavizan, yo mismo quedé encerrado en ese mundo que ahora me resulta abominable y que antes tanto me maravillô.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Rafita, hermoso es tu laberinto y poderosa tu imaginacion, es un mundo autista que solo alcanza a rozar la realidad en el punto de encuentro de un espejo, la reconoces, mas no eres tu. Me da un gusto enorme ver como evolucionas hacia un estilo menos tecnico y mas propio del ser que habita contigo. Espero ver muchos mas espejos de ti y a traves de ellos disfrutar de tu inconciencia. Tu amigo Rafa Vargas