martes, agosto 28, 2007

Malos ratos...

Hace un rato me puse de tan mal humor! pero de tan mal humor que traía la cara con el ceño fruncido, la trompa apretada y una mirada cortante, terrible, de navaja recién afilada. Y no podía quitar ese gesto, porque algo por dentro estaba reteniendo una violencia contenida. Pero no violencia física, ésa siempre me ha parecido de muy mal gusto, tanto a nivel individual de agarrarse a golpes, como las guerras, guerillas y actos terroristas. No, era una violencia de otro tipo, que me hizo intolerante a los pequeños detalles que suelen ser molestos, para considerarlos dignos del más escandaloso desprecio.

Para empeorar las cosas tuve que salir a la calle y caminar en medio de personas que cada vez me parecían más insoportables por cuestiones que normalmente nada más no me importan. E interiormente dejé de ser políticamente correcto y empecé a insultar todo lo que me caía mal, a veces con comentarios hirientes, otras veces sólo con lenguaje procaz y las más de las veces evitando cualquier sarcasmo, ironía o cualquier tipo de sentido figurado, para proferir la ofensa lo más directamente posible. Y andaba de un intolerante que les hubiera dado envidia a Franco y al propio Pinochet si hubieran sido testigos (y si no estuvieran ardiendo en el infierno). Y así le dije a un tipo que hablaba por celular mientras su chofer lo recogía en su carro lujoso en lugar inapropiado, estorbándome el paso: "Ni andar en un Saab te quita lo naco... es más, te lo acentúa". Y luego veo a la tipa que se pone en los portales del antes Ayuntamiento de la ciudad de México, disfrazada de no sé qué e inmovilizándose en poses ridículas para que la gente le aviente monedas, con sendo cartel de "Por la libre manifestación de las ideas", reclamando que nadie regule su actividad lucrativa que ni poniéndose posmoderno resulta artística. Y también le grito interiormente: "¡Ridícula, no uses eufemismos para reclamar tu "derecho" a hacer tu ocioso negocito de estar parada sin producir belleza de ningún tipo, pero además, sin producir ninguna maldita idea, porque lo más probable es que simplemente no tengas ninguna maldita idea que manifestar!". Y por dentro les gritaba a todos los que se usan gel en cantidades industriales, para que el mal gusto de su peinado dure un mínimo de 300 horas sin moverse ni con temblores de 8.5 grados Richter o a pesar de toneladas de escombro, el daño ecológico que provocaban al usar una lata de gel por semana, con el único resultado de causar un daño aún mayor al patrimonio estético de esta ciudad.

Y así seguí mi trayecto profiriendo diatribas, mandando a la gente al gimnasio, o a trabajar, o a recluirse a sus casas o a donde estorbaran menos con su presencia. Y ningún vendedor ambulante se puede quejar de que no lo haya mandado a freír espárragos con algún ingenioso insulto, sin más gestos que una mirada furtiva que atravesaba carnes y ropas y lentes de sol. Fue tan efectivo mi recurso para liberar violencia que al rato me ganó la risa con los insultos callados que le iba acomodando a cada ser humano, acontecimiento o cosa que me pasara por la vista. Y luego recuperé mi humor neutro de horas de trabajo, satisfecho de haberme liberado de tanta molestia que causa todo aquello que hace la vida imperfecta (o sea, casi todo y todos).

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¿y por qué ese enojo?

Cuquita, la Pistolera dijo...

Sí, ¿y por qué ese enojo?

Yo también tengo días en los que me siento una Natural Killer.

Yoga, meditación zen, new age, feng shui ¿has intentado con eso?

Digo, porque se ve que lo del bonsai no tuvo éxito.

:)

RBD dijo...

No, no es lo mismo enojo que mal humor. Y yo estaba malhumorado, punto, grinch, Scrooge, uraño...

¿La razón? No lo sé, procuro no tratar de explicarme ese tipo de cosas, ocurren y punto, supongo que es mi versión de aceptarme tal cual soy y tal cual vengo. La constante introspección y aun el psicoanálisis me parecen puras especulaciones y ésas sólo me gustan en contextos determinados. Saludos,

RBD

Anónimo dijo...

que complicado lo del por qué del mal humor... supongo que fue un estado de metamorfosis violenta

Anónimo dijo...

Pues enojate, somos simples mortales, que hueva ser siempre buenos o martires no?
¿cómo esta eso de la aceptación?

Yayo Salva dijo...

Hay una especie de "ley" según la cual hay momentos en los que todo lo que nos rodea nos resulta hiriente. Como tú, tampoco sé por qué sucede. Y, como tú, pienso que el problema está dentro de nosotros mismos, no en los demás. Quizá acumulamos demasiado estrés. Al final pasa sin que sepamos claramente cuál ha sido el elemento catársico.
Un abrazo, Rafa.

Anónimo dijo...

espero que no hayan sido las visitas inesperadas con las que tuviste que cumplir toda la semana las que te hayan puesto así el humor, aunke despues de eso yo te noté bastante contento y de buen humor!...

Hermanastrito gracias por atendernos tan bien y más que nada por tu compañía... me encantó disfrutarte para mi solita i no tenerte que compartir con mis otros 5 hermanos jaja..! te esperamos pronto aqui =* un abrazoo ...

Anónimo dijo...

Y este hijo de puta que utiliza el lenguaje del pueblo del más despreciable(veasé naco) para satisfacer a sus instintos de odio.
Como si la realidad tuviera tantas facciones como las que creen la gente común, la que se concentra en el centro de la curva del coeficiente intelectual.
El sujeto de idiosincracia y nociones corrientes, descubrirá, debajo de todo lo que ha construidi para sí y para todos, su cristiana e inexorable vulgaridad. Su, jugando con estos elementos tan peligrosos en forma de nociones: paradójica naquez.