miércoles, agosto 01, 2007

Elogio de la ociocidad veraniega

No importa cuánto tiempo, ni cuán lejos, ni hasta dónde llegue en vacaciones: son reparadoras, desgastantes, bonitas, desestabilizadoras y caras. Esto de caras tenía yo todo el propósito de evitárselo a las últimas vacaciones que tomé, con eso de que iría a la casa donde el hospedaje y la alimentación son gratuitos y all inclusive. No hubo manera, terminé gastando más de lo que pensaba y (como de costumbre) de lo que quería. De las demás características me hago cargo y hasta me gustan. No digo que no cambiaría algunas cosas (irregularidad del sistema digestivo, por ejemplo) pero siendo como son el resultado de pasarla muy bien, las asumo. Ni modo, hay que cansarse para aprovechar al máximo tu viaje, no poder descansar "a tus anchas" porque hay muchas cosas padres que hacer, también retribuye y gastar mucho porque lo bueno generalmente cuesta es un oportuno recordatorio de que tu salario no es más que el medio para las cosas buenas de la vida. Y hubo de todo, tanto asuntos clínicos: consultas y cirugía menor, como asuntos sacramentales: ser padrino en un bautizo y la confirmación de un sobrino; asuntos patrimoniales: compra del ex-markitosmóvil y también frivolidades: shopping de artículos para ser fodongo en los iunaited y un dejo de vida nocturna.

Pero tampoco importa cuán bien te la pases, también añoras tu cotidianidad. La linda cotidianidad con tus procedimientos estandarizados; tus lugares designados para cada una de tus pertenencias, incluida la más importante: tu propio cuerpo; tus actividades sencillas y cómodas; y la gente que está siempre por ahí en un día normal y cuya sonrisa y plática no se sabe que se extraña hasta que no se tiene. Y así ha sido mi regreso: un reconfortante reencuentro con las coyunturas de mi vida presente.

Aunque, paradójicamente, regresar es también la ocasión en la que indefectiblemente añoras estar inmediatamente de vacaciones una vez más. El síndrome "el lunes ni las gallinas ponen" se agrava terriblemente los primeros días de reintegración a tus clases o chamba. Para colmo, las imágenes de todos aquéllos de quienes te despediste (aunque si por ti fuera hubieras cargado con ellos a tus nuevos lares) están incesantemente invadiendo esa mente que hace tiempo no está serena. Y recordarlos te produce una sonrisa autocomplaciente para evitar poner la carita de :s que luego se convierte en carita de :( para terminar en los peores ratos en carita de :'( y si a eso se agrega mi situación actual en la que dos de mis mejores amigos parece que se pusieron de acuerdo para partir, casi al mismo tiempo, a rumbos contrarios y lejanos de la latitud en la que ahora vivo, pues la cosa podría ponerse grave. Afortunadamente, sigo echando mano de mi capacidad de adaptación a nuevas circunstancias para encontrar alicientes en los cambios de la realidad. Jugar con los vaivenes, subir y bajar, el gordo y el flaco, blanco y negro, arriba y abajo, la bella y la bestia, la nieve y el estío. Buscados o aparecidos, esos vaivenes parecen convertirse en el hábitat de existencias cada vez más postmodernas, postindustriales, preapocalípticas y calientemente globalizadas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

te deje un mail, lo lees por fa.
cbp

Anónimo dijo...

rafael,
nunca me habia puesto a leer alguno de tus escritos, pero realmente me sorprendió la forma en que escribes. MUCHAS FELICIDADES!
cuidate mucho por allá!
pd. supe que conoces a mi cuñado y casualmente también vive en mexico.

Cuquita, la Pistolera dijo...

Tienes toda la razón. Las vacaciones son hermosas, pero ahí comienzas a extrañar ciertas cotidianidades existenciales. Cuando vuelves a las cotidianidades automáticamente comienzas a extrañar las vacaciones. Somos tremendos...
Gracias por tu comentario en mi blog...

Pintosevich dijo...

Yo que estoy en la UNO y estoy en cuatrimestres no manches, ansío cada cambio para mis dos o tres semanitas de vacaciones, me saben a gloria la verdad, ya pronto saldré en 1 semana y yeah... a ver que nos deparan estas vacaciones.

Saludos

Dalia dijo...

Pero Rafa, tú necesitas un clon para vivir todo lo que quieres vivir en tus vacaciones, casi da stress leer tu post. Es envidiable tu vitalidad. ¿Y qué es eso de que recibiste cirugía menor? Espero que te encuentres bien.
Entiendo ese "ni contigo, ni sin tí" vacacional en que se echa de menos hacer el vago en casa cuando se está fuera y no se para y desear estar fuera cuando se te caen las paredes de la casa encima.
Un beso.

Ale Fregoso dijo...

Hola Rafael,hace mucho que quería escribir, me divierto y entretengo bastante con tus buenos textos. No puedo olvidar aquella vez cuando entraste a la tienda carisima en Europa y no encontrabas como safarte de la vendedora (Que por cierto no lo encuentro) o bien tantas anegdotas de Huasabas, tus buenos comentarios sobre las cosas tan buenas que existe a nuestro alrededor.
Y si que las vacaciones son maravillosas!!

Que estes bien
Ale :)