jueves, agosto 12, 2010

Próxima estación: raquitismo

Jueves, 11:00 a.m. Tengo hambre, no, mejor dicho, tengo antojo. Decido hacer lo que todo hombre sensato hace cuando tiene antojo: correr por unos cacahuates estilo japonés y una coca cola. Bajo al puestecito de golosinas y engordantes varios que descubrí hace poco. El tipo que atiende es muy simpático. Podríamos agregar un demasiado simpático que espero no tenga el efecto de hacerme parecer amargado. Es esa gente que cae bien porque siempre tienen un comentario que hacerte, pero que cuando uno anda de antisocial, preferiría ahorrarse. Hoy yo andaba muy sociable, así que me dio gusto ir a comprarle cacahuates al parlanchín.

Cuando me vio, me saludó cortésmente de mano, le pedí los quitahambres y cuando estaba pagando me pregunta. - ¿Usted de dónde es? De México. E insiste un poco: - ¿pero de dónde? De Sonora, del desierto, agrego, para ubicarlo mejor en el espacio. Entonces me espeta: - Pues como que le falta color. Mi alegría y sociabilidad súbitamente desaparecen y le pregunto con una cierta actitud: ¿Cómo? -Sí, que le falta sol, está usted muy pálido.

El tipo no tenía por qué saber que el tema de mi palidez crónica e irremediable es mi talón de Aquiles, así que fui paciente y le expliqué que acababa de regresar de la playa, que no era falta de sol, que era mi color. Punto. Fue entonces que me diagnosticó, como si no hubiera escuchado una palabra de lo que dije: "le falta vitamina D y ésa se la da el sol". Le repetí lo de la playa ya un poco más impaciente, pero él siguió con su arenga de que o me asoleaba o no iba yo a tener suficiente vitamina D. Decidí renunciar a mi defensa, pagar e irme a llorar por mi falta de color y de vitaminas. Pero el tipo me dijo: - Espere. Sacó de algún rincón rodeado de paletas y chicles unas hojas de papel. - Le voy a decir los problemas que causa no tener vitamina D, para que vaya y se asolee. ¡Ah! No había tenido suficiente con destruir mi vanidad, también se iba a dirigir a atizarme el carácter hipocondriaco.

Repasó sus apuntes sobre vitaminas y enfermedades causadas por su defecto, hasta que llegó a la vitamina D. Y sentenció: - Si no se asolea le va a dar raquitismo. ¿Raquitismo? - Sí, aquí dice que es deformación de los huesos. Miren nomás, yo sólo iba por unos cacahuates y salí con raquitismo, pero, claro, al menos eso explica lo de mis rodillas chuecas. El instructor del gimnasio dijo que era genético pero el vendedor de cacahuates seguramente lo atribuiría a la falta de vitamina D, que obviamente me falta porque no hay más que verme el color para dar con mis hábitos vampirescos.

¡Que alguien me ayude con esta gente!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Te moviste rápido. Eres un buen chico.

Anónimo dijo...

Qué fabuloso! me encantó :)
ILY BRHO!

OJ Gonzalez-Cazares dijo...

osea que onda con Dr.House de cacahuatero?? ahora resulta!!

Max dijo...

Yo te visto desde varios ángulos y puedo decir que no te falta nada, ni color.