domingo, noviembre 26, 2006

Vagancias

He andado medio vago a la hora de sentarme a escribir algo en el blog. Una razón puede ser que traigo la mente y el corazón dispersos. Otra, más poderosa, es que me he ocupado en placenteros menesteres alternos a publicar mis ociosas introspecciones. Hace un par de semanas vino Marcos un amigo de la universidad que estudia en Indiana. Hacía casi un año que no nos veíamos, que a la luz de la cotidiana convivencia de los cinco intensos años de la escuela de Derecho se hace aún más largo. Él se fue el un lunes y ese mismo jueves llegó mi familia de visita. Éramos en total diez personas recorriendo las calles de NY. Fueron los mejores días de mi estancia en esta ciudad. Tenía lo mejor de dos mundos: como escenario una ciudad que se yergue como signo de la civilización de nuestros tiempos y como compañeros de escena a mis quereres más cercanos, los míos, con excepción de mi hermana y hermano mayores y mis sobrinos. Fueron días muy divertidos, cansados y provechosos. La escuela ni siquiera se atravesó por mi pensamiento y me sentí como si estuviera de vacaciones. Era insólito, sin embargo, estar con mi familia lejos de la estufa de leña en Huásabas, o en un cuarto de hotel en vez de tirados en los sillones de la sala en Hermosillo. También era gracioso cómo podíamos hacer símiles con cada cosa que nos encontráramos en NY y reírnos por no haber guardado las debidas proporciones. Por ejemplo, qué es eso de que el Puente de Brooklyn es como el puente colgante (estilo Indiana Jones) que atreviesa el río Bavispe, en el pueblo; o que si el Radio City Music Hall es como el Expo Fórum de Hermosillo. Nos faltó tiempo para hacer muchas cosas, pero el principal cometido se cumplió con creces: la convivencia fue intensa y armónica y ellos regresaron sin mayores contratiempos encantados del viaje y yo encantado de haberlos tenido esos días conmigo. Y por si eso fuera poco me trajeron verdadera comida mexicana que sigo paladeando sintiéndome muy afortunado. Azucena me mandó tortillas de harina gorditas e integrales conociendo el defectuoso sistema digestivo que viene después de mi ambicioso paladar y unas empanaditas de cerveza que me endulzaron la vida hasta que el fondo del recipiente que las contenía anunciaba que esas pequeñas glorias habían ya pasado a mejor vida. Además, me trajeron unos tamalitos de carne que nada más cierro los ojos y es como si estuviera en Guadalupe de Ures, a la orilla de la carretera en uno de los sencillos puestos que ofrecen a los viajeros delicias de la comida sonorense. Y, finalmente, para mortificación de mi gastritis un tesoro escondido del noroeste de México: dip de rielito, yuuumi!!! Ahora mismo estoy acompañando unas palomitas de maíz con su agridulce sabor, fascinado por el placer de comer, que hace tiempo había relegado para mejores porvenires, pero que pude volver a encontrar repetidamente en esta última semana.
Cuando mis visitas partieron rumbo al sur, me dispuse a trabajar en mis trabajos finales que ya asoman la cara en mis pesadillas, y me encontré con que no tenía 1) ganas, 2) ganas de que me dieran ganas, 3) inspiración, ni 4) talento para escribir cuando no tengo inspiración. Así que un día después le hablé a mi prima Silvia, que vive en Boston con su esposo Servio y un hermoso bebé que se llama también Servio, y acepté su amabilísima invitación para pasar el fin de semana largo del Día de Acción de Gracias (más gringo ni el 4 de julio, gracias) con ellos. Además de que la compañía fue excelente y fui recibido con una cálida hospitalidad que seguramente no merezco, Boston es una ciudad hermosa. El área de Harvard es de un encanto que combina perfecto con el prestigio de la Universidad que alberga y el centro y el puerto de Boston hacen a la ciudad distinguida joya del país que ahora habito. Nueva Inglaterra es una región muy distintiva de la cultura estadounidense, tiene en su arquitectura vestigios evidentes de Europa, paisajes hermosos y alberga una sociedad más liberal y más étnicamente homogénea que la mayor parte de Estados Unidos (excepto por Boston, que es tan diverso como cualquier ciudad global). A pesar de ser una ciudad muy grande, tiene el ambiente relajado de una ciudad pequeña y la intensa vida estudiantil (además de Harvard, Boston es sede del MIT, Tufts, Boston University, Boston College, Universidad de Massachusetts, etcétera) la hacen un lugar muy particular. El río Charles atraviesa la ciudad y las vistas de edificios modernos conviviendo en armonía con edificios de los más antiguos que se encuentran en Estados Unidos. En fin, un lugar digno de visitarse, pero sobre todo de vivirse. Y regresé ayer y descubrí que todavía no tengo muchas ganas de hacer mis trabajos finales, pero que poco a poco voy cayendo y ya dos que tres ideas que pululaban en mi cerebro se convirtieron en párrafos de las muchas cuartillas que tengo que redactar. Y así transcurrió mi vida en las últimas semanitas, sigo con antojo de carne asada y ese corazoncito que extraña siempre lo que no tiene ya anda ganoso de volver a sus desérticos lares para seguir más adelante con el último semestre de su maestría y desea a todos los que lean este blog: "Carpe Diem".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermanitoo! por fin nos deleitas con una narración más. ENserio que tengo entrando al blog desde que llegamos d NY para leer algo nuevo, ya me estaba desesperando que no escribieras nada y creo que tus demás seguidores como yo piensan lo mismo jaja. Mucha suerte en tus trabajos finales y que t sirva de motivación el pensar que ya falta tan poco para estar con tu familia ir al pueblo ver a tus amigos, etc. ok? Desde aquí t mando un abrazote...te extrañamos

Atte: Miriam =D

Anónimo dijo...

RAFAEL:
TUS TEXTOS SON INTERESANTES Y TIENEN UN CIERTO ATRACTIVO. ME PARECE QUE TIENES CUALIDADES SUFICIENTES PARA ESCRIBIR Y ENTRETENER CON LO QUE ESCRIBES.
YO TAMBIÉN VIVO EN EL D.F. SOY NATIVO DE HUATABAMPO Y SOY ESCRITOR. ACTUALMENTE NOS REUNIMOS UN GRUPO DE ESCRITORES TODOS LOS MARTES A TALLEREAR NUESTROS TEXTOS, ES DECIR EXPONEMOS A LA CRÍTICA DE LOS DEMÁS LO QUE LLEVAMOS A LEERLES: ENSAYO, NOVELA, CUENTO, POESÍA. EL TALLER ES ABIERTO PARA TODOS, EL ÚNICO REQUISITO ES EL INTERÉS EN LA LITERATURA. lOS MARTES A LAS SEIS DE LA TARDE EN LA PARTE ALTA DEL RESTAURANTE lOS DANZANTES, UBICADO FRENTE A LA PLAZA DE LOS COYOTES EN EL CENTRO DE COYOACÁN. MI CORREO ES glbrtfrrorysun@yahoo.es por si te interesa hacerme alguna pregunta o comentario.
Saludos y felicitaciones por tu maestría.
Gilberto Fierro Reyes