martes, julio 18, 2006

Si no eres feo...


Si hay una frase que detesto con todo el furor de mis entrañas haciendo fisiológico un sentimiento, es la de "si no eres feo". Me la han aplicado en algunas ocasiones y cada vez es peor. Hoy fui a la estética a cortarme el cabello, buscando en un lugar con ese nombre justamente algo de estética para el exterior de mi cabeza, que últimamente tiene menos personalidad que un pepino: eso es por fuera, por dentro creo que el remolino de ideas la hace por lo menos más divertida. Pues nada, que me tocó una de esas desafortunadas estilistas que piensan que es su obligación estar hable y hable, o lo que es peor, pregunte y pregunte. No sé porqué tienden a pensar que uno va a cortarse el cabello a su lugar de trabajo buscando desesperadamente un amigo o confidente. Porque no sé los demás pero yo si de plano anduviera que exploto por comunicarme preferiría buscar alguien con un oficio más adecuado para la conversación, como un psiquiatra o un sacerdote o ya de perdida un perro callejero. Pero, bueno, he aprendido a soportar tanta palabrería peluquera y responder con un poco más que monosílabos mientras pasa el largo tiempo en el que estoy pensando "porqué no se callará y se concentra en hacer algo decente con mi peinado". Pues hoy no fue la excepción y la peluquera (que se mudó al D.F. desde Toluca a los 16 años, junto con una hermana, de las cinco más que tiene, tres casados y dos solteras, y que lleva ya 10 años viviendo en la capital, un poco al norte de Satélite donde es bastante tranquilo para llegar tarde, porque aunque no es muy reventada ya que sale muy cansada del trabajo, a veces sí llega en la madrugada a su casa, tranquila porque su barrio no es peligroso.... y un enorme etcétera de información que nunca solicité y que mi memoria, que no sabe discriminar entre útil e inúil, grabó perfectamente).
El caso es que una vez habiéndole dado a conocer yo también un buen porcentaje de mi biografía, me dio inclusive algunos consejos la mayoría de los cuales internamente tomé como basura pero externamente le agradecí mientras asentía con la cabeza, pero sin moverla muy fuerte para que no me fuera a trasquilar los pelos que ya tienen suficiente con la maldición del esponjamiento inmoral cuando hay humedad para todavía hacerles el favor de agregarles un gallito.
Y en una de tantas oraciones de su interminable arenga profirió el abracadabra que abre los umbrales de mi más furioso enojo: "Si no eres feo". De verdad, lo digo desde lo más profundo de mi alma, que prefiero que me digan que soy horrible y que verme causa comezón en los ojos o lo que sea. Porque esa frase equivale a refregarte en la cara que estás justo en el límite entre ser feo y no, lo cual obviamente te pone bastante lejos de ser guapo o, por lo menos, interesante, (información que prefiero no tener en mente en la cotidianidad) y que con toda su generosidad quien profiere la frase te ha rescatado de balancearte entre la fealdad y la indiferencia de no ser feo. Pero con esa horripilante frase disfrazada de tibio elogio te quitan inclusive el derecho a la personalidad que tiene un feo dejándote de plano sin Juan y sin las gallinas. Y lo que más me molesta es que yo ni le pregunté qué opinaba de mi apariencia, si yo nada más quería un corte de pelo, pero esta bendita mujer no podía dejarme ir sin la indeseada promoción de su vergonzoso peritaje que dejó a mi ego en la ignominia absoluta y 100 pesos menos en la bolsa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

como dice el dicho: no es feo ni menos cacarizo

Yayo Salva dijo...

Jajajaja! Gracias por arrancarme la carcajada. Te diría aquello que dice el refrán: "El hombre, como el oso, cuanto más feo más hermoso". Pero lo malo es que la "experta" te situó en una especie de limbo-frontera que hace que el refrán no cobre toda su fuerza predictiva. En fin, paciencia.
Un abrazo desde Madrid.

Anónimo dijo...

ya veo que no soy la unica que no esta tan fea