
Les había yo preparado un fotoreportaje que iba a estar requetemono y requetesimpático y con toda la buena onda que traigo aquí en estas tan sureñas latitudes del orbe, pero resulta que mi recién estrenadísima cámara digital Samsung me fue hurtada de manera dolosa y alevosa y apestosa y muchos más adjetivos nefastos que combinan con mi estupidez y mi falta de precaución. Todo eso ocurrió en mi primer día de visita por Buenos Aires, en el que había tomado ya tantas fotos graciosas que empezaba a dudar que el blog las soportaría. Pues ya no tengo ese problema técnico porque como junto con la cámara iban todas mis memorias fotográficas (incluidas las de la boda de Marco que fue un día antes de venirme a Argentina y donde la había pasado tan bien... que eran fotos sin duda memorables). Las dos fotos que aquí incluyo las tomé con la cámara de mis amigos Laura y Pablo en Mar del Plata, con la única intención de que no me olviden tan fácilmente.
En fin, no puedo detenerme más a platicar porque cuando está uno de vacaciones cada segundo cuenta y pues mi blog me será muy entrañable pero mis vacaciones al máximo lo son más. Y... nada, estas líneas tenían ante todo la intención de comunicar que me la estoy pasando "muy macanudamente" (no piensen mal mexicanos, eh? en Argentina se usa esta expresión para indicar que me la he pasado muy simpáticamente). Bueno, en realidad, también quería mandar un saludo muy fuerte a todos por estas fechas navideñas, seguro de son una buena oportunidad de pasarla bien, acompañarse con los queridos y comer fantástico.
Ya tendré oportunidad al terminar el viaje de contarles las cien mil impresiones por día que he tenido desde que llegué (casi todas muuuy positivas!!!) y por lo pronto aquì suspendo para seguir pasándola bien, no sin antes enviar un abrazo enorme y una sonrisa con el Océano Atlántico de fondo que, por primera vez en mi vida, me mojó (los pies, nada más el condenado, porque estaba de frío como el alma de María Félix).
