domingo, marzo 04, 2007

Perduto

Mi última desaparición del mundo del blog se debió a dos razones. Las dos tienen que ver con que me perdí en junglas, cuyas lianas y arenas movedizas no me permitían salir a ver la luz de este paradisíaco lugar utópico que es mi blog. Paradisíaco porque es mi único espacio de sensibilidad artística y una fuente pura de plenitud intelectual (que no requiere rigor ni cientificidad, que no tiene asesor de tesis, que no admite críticas metodológicas y las miradas de desaprobación casi nunca llegan a ser conocidas por mi corazón ni por me cerebro). Utópico, porque en realidad no existe. Ni su espacio ni su tiempo me son claros y disfruto de ignorar sus detalles técnicos.

La primera jungla que me había atrapado fue la de mi propia vida. La de la rutina y las extrañas prioridades que no quiero cuestionar porque me complica mucho la vida hacerlo. La jungla de la inercia vital y de tus propias motivaciones, que algunos dicen son el terrible canto de las sirenas que te atrapa para sacarte de tu camino, para distraerte de tu Odisea personal, como a Ulises rumbo a Ítaca. Por lo pronto, me ciño a mi sentido del deber y procuro no mortificarme en saber si pensar todo el día y todos los días obsesiva e ineficientemente en mi tesis me distrae del verdadero sendero de la felicidad. Sería muy difícil de manejar... y yo y el existencialismo nunca hemos sido tan íntimos amigos. Por eso el blog casi siempre debe esperar cuando la nube negra de los plazos para entregar mis alcances me amenazan con singular pedantería.

La otra jungla es más vulgar pero también más odiosa prima facie. Se llama problemas técnicos con Internet y tiene dos vertientes que me detuvieron las pasadas semanas de abonar alguna entrada a mi santuario de ceros y unos en el espacio sideral, aunque fuera algo trivial porque las trivialidades son mi especialidad. El primer problema fue la conectividad con esta red que, aunque cara, no quiere llegar hasta mi recámara, así que debo robar un espacio en la habitación de mi colocatario para poder acceder a la quezque "súper carretera de la información" que en nuestro caso no llega ni a camino de terracería por su lentitud y propensión a botar(se). Segundo problema: la insoportable necedad de Blogger que, a todo trance, terminó obligándome a trasladar mi blog a la nueva versión con ventajas tan ambiguas como sosas, pero que no me dejaba bloguear hasta que hiciera el dichoso traslado que, ya sea debido a mi estupidez informática o a la falta de empatía de los diseñadores del sitio con los usuarios estupidillos, de técnica débil y propensión a confundirse, duré varios días sin lograr completar el trámite y por tanto negada mi oportunidad de escribir alguna entrada que desahogara alguna de mis alegrías, tristezas u obsesiones o, al menos, que me permitiera desahogarme del estreñimiento intelectual que me ha impedido escribir lo que no tengo opción de no escribir.

Saludos, pues, a todos los que por gusto, por obligación o por azar lleguen a leer las líneas que finalmente pude escribir.

2 comentarios:

CRISTINA dijo...

Sí, a veces las dificultades técnicas acaban haciendo que los viajes por el ciberespacio se compliquen. Pero ahí está tu blog con tu escrito, así que: ¡prueba superada!
Y con la tesis, mucho ánimo.
Un beso

Anónimo dijo...

por gusto