Por algún motivo completamente ajeno al cambio de año - única razón socialmente legitimada para hacerse propósitos así nomás porque sí - hoy me propuse proponerme un propósito (sí, con toda la cacofonía y redundancia que el enunciado encierra). Me decidí a publicar diariamente algo en el blog. "Publicar" tal vez sea una palabra muy grandilocuente, porque implica hacer público algo y esa connotación rebasa los límites y alcances de mi propósito. Escribir diariamente algo, sería más preciso. La decisión no fue tomada así nomás a la ligera como a veces hago cuando decido, sino que me cuestioné a mí mismo la conveniencia de una medida por un lado quijotesca, de un idealismo que supera las naturales limitaciones de mi imaginación, y por otro lado dantesca, por lo infernal que resulta la masificación de la palabra escrita. Sin mencionar que a veces del cerebro no me sale absolutamente nada por más que puje (en obvia analogía escatológica en cuyos detalles no pienso abundar). Pero el otro Rafa, personificado en ese angelito (más bien diablito, el picarón) que me susurra cosas a la conciencia me dijo rotundamente "Ahí está el detalle". Creo que lo que quiso decir fue "ahí está el reto" pero usó la cita de Cantinflas para darle un realce más cómico a la ocasión, lo cual no logró.
Entre las consideraciones que tengo que resolver están:
1) ¿Va a tener la publicación diaria un estilo definido? ¿Va a tener este carajo blog, por primera vez en su vida, un estilo? La pregunta va en el sentido de si el blog va tener, por así decirlo, una manera de ser. Si va a tratar el tema del día, si hará crónica social, si va a ser un blog de análisis político (Dios nos guarde). No, la respuesta es naturalmente que no, que yo nunca he sido un bloguero consistente y es esa inconsistencia lo único que podrá caracterizarme. Escribiré lo que se me ocurra en el momento de dar clic a "Nueva entrada" (tómenlo como amenaza).
2) ¿Las entradas van a ser más cortas? Sí, aunque no lo parezca, el que esto escribe (eufemismo del peor gusto para sustituir el pronombre personal "yo" que, además, ni siquiera es imprescindible en español cuando aparece junto a un verbo conjugado), decía que, aunque no lo parezca, el que esto escribe es un amante de la brevedad y la considera una virtud. Trataré por todos los medios de contener la verborrea (enfermedad altamente peligrosa para el bienestar del alma) y hacer entraditas más cortas, usando el símil de la palabra "entrada" con la hermosa costumbre de los restaurantes de llamar así lo que te dan para estimular el apetito y no para acabar con él.
3) ¿Voy a ser cuidadoso con la edición, o sea, no cometeré errores ortográficos, de puntuación o simplemente de dedo? Sí a las dos preguntas. Sí seré cuidadoso, pero Dios sabe que no me dotó con ojos muy quisquillosos para la autocrítica, así que, a pesar de intentar no incurrir en todos estos errores, la verdad es que sé que sí los cometeré y se acentuará su aparición por aumentar la frecuencia con la que escribo.
Habiendo analizado parte por parte los elementos de mi propósito, se los dejo a su consideración, haciendo la recomendación que la Ley de Medios y Publicidad me exige (debe leerse de manera rápída e imitando voz grave de locutor de radio):
Esta actividad puede ser peligrosa. No intente repetirla en casa si no está bajo la supervisión de un adulto.
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2 comentarios:
perfecto! tuve a bien en algun momento de mi vida bloggeristica (si es que esta palabra existe) de intentar hacer lo mismo...pero no me funciono; las ocupancias en las que a diario nos metemos me lo impidieron... pero no dudo de tu capacidad de organizacion y disciplina!! asi que espero con ansias tus entradas diarias pa que me demuestres (pero tu si, no como la seleccion Mexicana) que SI SE PUEDE!!
Olga:
Pues no creo ser más disciplinado que tú, así que ya me metiste la duda, jajaja. Bueno, lo intentaré hasta donde sea posible.
Abrazo,
Rafa
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