No es por presumir... bueno, sólo un poquito... pero hoy yo me largo a la playa. Después de haber cumplido tres meses viviendo en este paraíso tropical sin haberme despegado de San José, ya iba siendo hora de que me desprendiera a la mar. Voy a un lugar en el Pacífico, junto a un parque nacional llamado Manuel Antonio.
En su momento platicaré cómo me fue y qué me pareció el lugar, pero ya se puede prever que va a estar todo requetechulo. El problema aquí es que siempre llueve, así que lo de broncearse se nos viene complicando (a mí se me ha complicado toda la vida, así que no me preocupa) y la autopista que comunica con el Pacífico, recién inaugurada, es objeto de cierres constantes, porque se les olvidó a los constructores el detallito de los derrumbes y no quedó muy bien es esos aspectos. En fin, yo espero que el dios Tláloc se mande el chubasco para otro lado y me deje fluir a mí tranquilamente sin derrumbres de por medio.
Estando de fin de semana en la playa se me complicará escribir, eso es seguro y absolutamente entendible, pero... pero... ya me repondré con mis aventuras sobre la arena (o bajo la lluvia) en cuanto regrese.
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1 comentario:
Goza de la vida en esa playa del pacífico. Creo que Tláloc no tiene potestad en esa región pero igual puede enviar una petición diplomática al preciso de esa área, si bien es difícil pues ya sabes cuán celosos son los dioses. Sé nuestros ojos en esa linda tierra y recoge lo mejor de sus frutos.
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