Mis neuronas me avisaron ayer que están en una huelga muy formal de escritura en este blog. En un comunicado que me hicieron llegar por la vía neurálgica me informaron que se reúsan a aceptar los términos patronales que les he querido imponer, expresando que el modelo de estado de bienestar que se había logrado después de la posguerra se los quiero ir retirando poco a poco, en aras de la competitividad y el crecimiento económicos. Que ellas no están de acuerdo con mi proceder y que mientras no seamos capaces de renegociar las condiciones de mantenimiento cerebral, no cejarán en sus propósitos de recuperar los beneficios neurológicos con los que contaban, que yo desconozco cuáles sean porque esa información sólo la tienen mis neuronas y no me la desean compartir (así que estamos ante lo que en economía llaman el problema del agente-principal).
Yo seguiré pendiente de la negociación, tratando de satisfacer todos los puntos de su pliego petitorio para poder recobrar cuanto antes las actividades blogueras y minimizar las pérdidas sociales que ocasionaría una ausencia tan costosa (me gritan a coro las huelguistas neuronas, que esa pérdida es incalculable, pero la verdad es que de esas cosas ellas saben poco).
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3 comentarios:
osea, en pocas palabras: a tus neuronas les dio bueba!! ya quisiera yo que mis neuronas en estado normal funcionaran como las tuyas en huelga...yo creo que es la forma poetica en que el universo nivela las cosas mi Rafa! jajajaajaja.
Rafa, por Dios! será que el festejo del bicentenario las ha puesto en huelga? o será que tienes un pie puesto en estribo saludos hermano Azu
Olga, más que hueva yo había pensado que era agotamiento, o simple pérdida de inspiración, pero tal vez tengas razón y sea sólo eso y se recuperen pronto, jeje.
Hermana, no creo que sea el Bicentenario, más bien es que efectivamente tengo la cabeza puesta en la boda, como todos ustedes, jajaja.
Abrazo a las dos,
Rafa
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