La pareja que se besa en la estación de metro más apasionadamente de lo que recomiendan la moral y las buenas costumbres (al menos lo que por tal entendían la tía Plácida y Marianita Moreno). El mendigo que se postra en el umbral barroco de la que en otros siglos fuera la mansión de un aristócrata y que hoy permanece estática e indiferente a la movilidad social descendente del barrio donde yace abandonada. El faquir en el crucero de dos avenidas importantes que hace piruetas y cae de lomo sobre cristales hartos de sus irrelevantes gotas de sangre. La quinceañera que corre afanosamente con su vestido pastel de tul, disfrazada de princesa soberana de los precarios ahorros de la familia, que se acabarán en la noche de ensueño que es su fiesta. El transexual con minifalda que espera paciente en la esquina de Viaducto a que llegue su anónimo cliente-victimario. El rubio turista del norte de Europa que no ve la hora de estar al lado de una bella mujer morena haciendo humear los cigarros de mariguana que constituyen su experiencia latinoamericana. El adolescente con peinado explosivo armado con kilos de gel y vestido con un iPod y una camiseta negra de un grupo punk que desconozco.
Todos juntos son la ciudad, mis faros, los que me convencen de que sigo aquí, pero sin llegar del todo, en la ciudad de los palacios. Llaman mi atención y condimentan el universo uniforme de la pequeña gran ciudad, para hacerla soportable, para hacerla digna del sacrificio que implica, para gozarla secretamente en el regocijo de mis prejuicios.
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6 comentarios:
Amigo, ahora si que lo resumiría en la realidad mexicana... eso es justamente lo que viste... y pensar en todos los personajes que escaparon de tan detallado relato... (suspiro).
Saludos y buen día. W.
Efectivamente amigo, pero no se puede procesar a tanto personaje. Se olvidan a ratos, se recuerdan en otros, porque son una carga demasiado pesada para llevarla permanentemente sobre los hombros. Así que suerte con tus personajes que son una cosa bastante peculiar, jaja. Buen día a ti también.
Rafa
me encanta tu forma de narrar
tienes un estilo muy peculiar de contar las cosas y lo haces interesantismo aunque sean cosas sin importancia
Hola Rafa, como estas, que gusto encontrarte. Que has hecho de tu vida? Escribeme (espero que te acuerdes de mi). Un abrazo.
Myrna Sandoval.
Hola anónim@:
Muchas gracias por tu comentario y lo de la importancia, no sé, con esta humanidad tan complicada me parece que todo puede pasar por importante... es cosa de echarle ganitas... un abrazo :)
Myrna:
¡Qué gustazo que me hayas encontrado! Me hiciste recordar muy buenos tiempos. ¿Vives en Hermosillo todavía? Te mando un abrazo grande.
Rafa
y TODO ESO MIENTRAS TE LIMPIABAN LOS ZAPATOS EN LA ALAMEDA????
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