lunes, mayo 26, 2008

Como les decía yo...

Hoy hice otra cosa más que es de adultos. Puse un gesto duro, grave, entre autosuficiente y convencido de que soy realmente un adulto. Pero, debo advertir, no fue fácil. Primero, porque me tuve que levantar a las cinco de la madrugada, mientras el resto de la ciudad lucía apacible bajo un cielo que se ha olvidado de mostrar las estrellas. Ni siquiera cantaba el gallo del vecino exhuberante que tuvo la grandiosa idea de criar un animal de granja en una colonia central de la ciudad de México. Ni siquiera había emitido su primer ki-ki-rikí cuando yo yacía tirado en la cama con los ojos abiertos y extendido en forma de X, mientras maldecía al despertador por su desagradable melodía (todas las melodías de despertador son por naturaleza desagradables). Había que levantarse porque las cosas de adulto se hacen temprano. Y había que crear una rutina, porque sin ellas se desorienta uno fácilmente, como le pasó al pobre gallo del vecino que está sumido en una terrible crisis existencial porque no se entera bien qué pasa con el día y con la noche, así que ya canta a las horas más insospechadas para el desasiego de la comunidad de vecinos que están haciendo su mejor esfuerzo para construir su estilo de vida pequeño burgués, cmoo para que un maldito gallo les haga pensar que si mucho apenas llegan a una aristocracia rural de la que quisieran olvidarse. Segundo, porque estaba muy cansado porque ayer con ocasión del cumpleaños de mi comadre se me ocurrió que sería buena idea comer lo que se conoce como taco fish y que son tiritas de pescado capeadas y con ensalada de zanahoria y repollo. Lo que no se me ocurrió cuando sugerí esa magnífica idea es que sería yo quien me encargaría de cocinarlos. Y, lo peor es que mi experiencia previa en la cocina, en general, y en ese platillo, en particular, es nuuuula. Además, no encontré en el super lo que se llama "capeador" que es la mezcla que se usa para capear, así que tuve que prepararla yo (nivel gran maestre de gastronomía). Lo bueno de todo fue que me salieron requete-recontra-ricos y se produjo un consenso muy favorable sobre mi platillo, con lo cual mi ego culinario (se oye horrible eso de culinario, demasiado cerca de una región anatómica que no debería ventilarse mucho en la cocina), digo que mi ego "cocinario" compensó los efectos en el cansancio que tuvo la friega de preparar dos kilos y medio de pescado, que ni nuestro señor Jesucristo hubiera podido multiplicar como parecía hacerlo yo, porque del recipiente parecían salir cada vez más y no me dejaban sentarme a comer.

El caso es que les decía yo que tenía que construir una rutina, que empezará a las cinco de la mañana, porque entre las ocurrencias que he tenido recientemente se me puso que sería buena idea dar clases en una universidad. Queda la universidad en lo que sutilmente denominaremos la Quinta China, que es muy lejos, en el mismo barrio donde estudié la maestría y del cual yo quería olvidarme. Resulta que el destino es como muy bromista así que me puso un cuatro del tipo "¿quieres dar clases? ok, pues yo pongo las condiciones". Y yo tiendo a contestar a ese tipo de bromitas con un sí incondicional y a priori, sin matices, sin la menor previsión de las consecuencias de mis palabras. Entonces la clase resultó ser de lunes a viernes, de siete a nueve de la mañana, en casa de la fregada (en la hermana república de la Quinta China) y en un tema que me tiene estudiando de maneras que ya había tratado de poner en el olvido.

Con todo y la larga diatriba que acabo de aventarme, en realidad estoy muy contento porque además de que ahora sé que el taco fish me queda delicioso, la aventura de dar clases promete darme muchas satisfacciones (espero opinar lo mismo cuando acabe el curso).

6 comentarios:

Pintosevich dijo...

A pues que cosas! una nueva faceta/rutina que empiezas, y ahí si que tu solito! jajaja o sea tu solito te has hecho de querer hacer esa rutina, así soy yo también, no sé decir que no. Y si digo que no, me pesa en el alma por días!

No sé a que se deba ese tipo de reacción pero bueno, así digo ahora, aceptando trabajos freelance que a lo mejor me quitarán mucho tiempo, o que me enjareta uno que otro familiar, retoque de fotografías, etc.

Solo queda sonreir y disfrutar del día jajaja

Saludos!

CRISTINA dijo...

¡¡Es que todo se te da tan bien como escribir!!

Besos Rafael.

Anónimo dijo...

Hola Rafa

La verdad es que siempre checo tu blog para ver que "hay de nuevo" y siempre me dejas con un buen sabor de boca, sin contar la saboreada que me di con los tacos fish, que de seguro te salieron mejor que los de "El Pescadito".

Muchas felicidades por tu nueva ocupación, sabemos que te irá super bien; como todo lo que te propones.

Es un orgullo para mi y de seguro para cualquiera conocer a una persona tan existosa como tú.

Saludos

Lyvia Madrid

Anónimo dijo...

¡Muchas Felicidades! en esta nueva etapa de tu vida. **Enseñar es aprender dos veces**
Ya nos contarás cómo te va!
Buen inicio de semana.

RBD dijo...

Pintosevich,
Sí, esa dificultad para decir que no a mí me ha metido en cada bronca!!! Pero, bueno, como dices no queda más que seguir sonriendo, haciendo caso a la máxima que reza "tú relájate y disfruta".

Cristina,
Pues no todo, eh? que una vez intenté hacer un spaghetti que ni queriéndolo mucho podía comerse, jajaja.

Lyvia,
Muchas gracias por los buenos deseos, son un excelente aliciente para echarle ganitas (como dicen los ruleteros). Un abrazo,

Mónica,
Ya verás que sí les contaré cómo me va yendo en el curso. Ahora, como voy empezando, mejor no digo nada para no hacer juicios apresurados.

Un abrazo a todos,

Rafa Barceló Durazo

Isa dijo...

Rafa, qué gran noticia! No tengo dudas de que será una experiencia muy satisfactoria. Ahora, eso de las madrugadas... Te recomiendo abastecerte de cafeína!! Mucha suerte niño grande.

Abrazos,
Isamari