martes, marzo 07, 2006
Viajes...
La trillada frase de "los viajes ilustran" no está despojada de razón. Aclaro que no me refiero al concepto esnob de "ilustrado", como cuando decimos de alguien que es Culto, con mayúscula, porque nos puede platicar de sus viajes al Tíbet o de su estancia en una villa toscana. No, es que los viajes son siempre una especie de escape de la comodidad que representa la rutina. Por eso cuando los viajes se convierten en algo rutinario dejan de ser interesantes. Lo verdaderamente valioso es salir de la rutina y no porque éstas tengan algo de malo, al contrario facilitan la vida al no requerir de atención especial para desperdiciar en los asuntos cotidianos. Digo que es valioso salir de la rutina, porque siempre es un reto enfrentarse a una situación que no nos resulta familiar. No sabemos qué es lo correcto, cómo debemos reaccionar para que nuestra decisión sea óptima... en fin, cuando no hay un precedente sobre el cual apoyarse lo único que te queda es decidir bajo incertidumbre y justamente ahí es donde parece haber niveles más altos de aprendizaje. Viajar entonces ya no tiene que ver con ir a lugares distantes, más bien se trata de salir de los lugares acostumbrados, de los comportamientos repetitivos. Todo esto viene a mi mente, porque mañana me voy a Hermosillo por un asunto familiar. Y en condiciones normales pocas cosas me serían más rutinario y conocidas que Hermosillo y mi familia. Sin embargo, sé que mañana me espera un verdadero viaje definido en los términos de este artículo. Porque resulta que voy a la boda de mi papá y como se podrán imaginar no estoy acostumbrado a ir a la boda de mi papá. Digo, la vez anterior fue con mi mamá y faltaban 8 años para que yo naciera. Efectivamente, son los momentos en los que no tienes prácticas previas que te ayuden a saber qué decir, cómo comportarte pero sobre todo cómo sentirte. Y en esta marejada de confusiones me reconforta mucho el hecho de saber que los viajes ilustran. Espero regresar un Rafael más ilustrado del que se fue con grandes signos de interrogación y con irrelevantes problemas de la maestría en la cabeza, contento por saber que en medio del semestre podré darme el lujo de emprender un viaje largo (en un sentido metafórico y kilométrico más no cronológico). Y como siempre me pasa estaba a punto de cerrar este artículo sin agregar algo muy importante, consecuencia de mi abigarrado individualismo: ¡Felicidades papá!
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1 comentario:
Jaja! Rafa que simpático eres!
S.G.
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