¿Se acuerdan del cacahuatero? Él no descansa. Tratándose de él ni las fiestas decembrinas le restan acuciosidad a sus críticas. Pero ayer me dijo algo muy interesante, al respecto de su perpetua oposición estética a mi poni tail. Cuando intenté una defensa más bien cuestionable de la misma, me dijo que tal vez era que yo había nacido para ser chusma, pero que la vida me había puesto en otro lugar; mientra que tal vez él hubiera nacido para ser diplomático pero la vida lo puso frente al puesto de golosinas.
Lo primero que me imaginé fue a Kiko, el amigo del Chavo del 8, golpeándome el hombro con desdén mientras me escupía en la cara un denostativo "chusma, chusma". No fue una imagen agradable, lo juro, sobre todo porque yo tenía puesto el horroroso gorro del Chavo del 8. Pero luego lo medité con mayor profundidad y simpaticé mucho con la tesis del cacahuatero, si bien la encuentro un tanto determinista. Pero si su hipótesis fuera correcta, podría encontrar la justificación de muchos de mis actos en mi original llamado (desatendido por razones que desconozco) a ser parte de la chusma.
La verdad revelada que se encuentra en las palabras del cacahuatero es, como la del oráculo, más bien ambigua y abierta a interpretación. Los inexistentes límites de su prudencia, sin embargo, son una ocasión propicia para la introspección. Haber nacido para ser chusma y no haberlo sabido a tiempo me podría acarrear una prematura crisis de la edad media. Hay que estar preparados y, por lo pronto, acudir con mayor frecuencia a las tropicongas.
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2 comentarios:
ay Rafa, acuerdate que antes muerto que sencillo! nada de chusma, tu dile a tu H.Cacahuatero Platon que, hay una diferencia entre ser "chusma" y ser "estilero" - misma pony tale, diferente approach!!
Interesante.
¿Cada quien escribe su propia historia?
Un abrazo.
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