(Lo que a continuación publico es un mensaje de correo electrónico que le envié a una gran amiga que ha sido nombrada para una responsabilidad mayor a la que ya tenía en la administración pública federal y que quiero firmemente compartir con mis cuatro lectores, ya que considero que introduce una reflexión sobre la importancia de la labor de los funcionarios.)
Hoy había sido un día muy pesado para mí. Te cuento un poco: hoy realicé el cuarto examen de la primera eliminatoria para el ingreso al Servicio Exterior, de traducción de francés. Han sido meses muy duros de trabajo y estudio en el poco tiempo libre que me dejaban mis ocupaciones laborales, personales y sociales. Después de cuatro días de despertarme a las cinco y media de la mañana, de soportar todo el estrés que me producen las semanas más pesadas de "chamba" al año, al mismo tiempo que hacía mis exámenes, además de la programación de mi operación de la vista que me realizaré el próximo martes, los trámites del seguro, tener visitas en casa, esperar a mi papá para la próxima semana y un largo etcétera de "etceteritas", aderezado con una gripe incipiente que me está molestando desde hace dos días. Digo que todas esas cosas habían hecho este día y los que le anteceden (y así amenazan con ser los que le precederán) bastante difíciles.
Y entro hoy a mi correo en un espacio que pude hacerme y encuentro tu maravilloso mensaje. Y quiero compartir contigo, además de mi más profunda felicitación y la reiteración de la admiración que tengo por tu vocación del servicio público, que has sido la causa de una alegría inmensa. Una alegría personal. Lo repito: tú has sido la causa de una alegría inmensa en uno de esos días en los que el peso de las circunstancias te hace preguntarte si las cosas estarán valiendo la pena. Y de una alegría en medio de la desesperanza que causan ciertos funcionarios públicos que parecen que fueran todos, aunque cuando te acercas al gobierno y conoces a gente como tú, caes en la cuenta de que llaman más la atención los malos perfiles en la Administración Pública, que los honrosos ejemplos de los que, como tú, sirven a su prójimo con devoción y se convierten en la cara amable de un Estado secular del que estamos más acostumbrados a ver malos gestos.
Enhorabuena por ti, Alejandra, y por Sinaloa que ahora disfrutará de tu fineza y aunque Sonora tendrá que privarse por el momento de tu presencia, más le vale estar agradecida por haber contado durante todos estos años con una funcionaria que honra a la función pública.
P.D. Espero que no te moleste, pero este mensaje también lo publicaré en el blog del que tantas veces hemos hablado.
Rafael Barceló Durazo
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3 comentarios:
Pues enhorabuena para tu amiga.
Y para tí toda la suerte del mundo en los exámenes y sobre todo en tu operación de vista. Todo irá bien, seguro.
Un abrazo
Querido Rafa: Tú también perteneces a esa raza de servidores honrados y comprometidos. No podrías ser "de los malos" ni aunque te lo propusieras.
Ánimo en los exámenes y suerte con la vista.
Un fuerte abrazo.
Rafa! muchísimo exito en la serie de examenes, con todo el favor de Dios... y una muy pronta recuperación por tu operación de seguro esos dias mas pesados ya pasaron y ahorita estas disfrutando de una buena compañía dejandote kerer y haciendo las veces de invitado por fin... descansa! atte. Rosa María Ramos =)
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