jueves, abril 30, 2009

Reportando desde el epicentro de la epidemia del miedo

Aunque no tengo qué reportar, excepto que me falta ingenio para no aburrirme ante tal falta de opciones de entretenimiento. Y además tendremos un puente (fin de semana largo) que normalmente sería una excelente vacación, pero la paranoia colectiva está haciendo de las suyas para deshacer planes que, de otra manera, hubieran sido muy divertidos.

Estoy completamente saturado de información mal dosificada, por la estrategia de los medios de mantener a sus receptores perpetuamente cautivos, por lo que le dan vueltas y vueltas al mismo tema, o agregan notas repitiendo lo mismo, sin aportar datos interesantes más que un par de veces al día (en los días buenos).

Y luego el desastre de las cifras, que en ocasiones es 7 muertos y en ocasiones 150. Alguien debe estar haciendo muy mal su trabajo como para que después de tantos días no sepamos con precisión cuántas personas han perdido la vida por esa enfermedad y cuantos contagios confirmados hay, para dejar de pensar que el virus ha atacado a más de 2 mil personas, cuando tal vez están enfermos de una gripa más común que corriente.

En particular, creo que los periodistas están haciendo un terrible trabajo desinformativo y me parece que es deliberado para mantener la atención en un tema que la capta porque la capta, ya que el narcotráfico la verdad es que nos tenía muy aburriditos, también a base de repeticiones noticiosas que terminaron privándolo de relevancia. Una incompetencia que todos ya de sobra conocemos, pero que da congoja cuando se hace tan expresa: en la misma nota aseguran que hay mil contagios de influenza porcina, y luego dicen que hay 29 contagios confirmados de esta enfermedad. Y si los otros no son confirmados, ¿no es acaso relevante que se aclare que son sospechosos, especialmete sí se trata de una enfermedad que comparte síntomas con casi todas las dolencias de la humanidad?

Pero claro, si sólo son 29 casos confirmados (o 30, o 90, o 1000, porque abundan diferentes datos) pues ya la gente se podría poner a pensar en otra cosa, lo cual sería seguramente considerado un desperdicio para la prensa y los noticieros.

Y luego la facilidad con la que las personas generan y repiten rumores, o los que elaboran "sofisticadas" teorías de la conspiración: que si Calderón se inventó todo el numerito para que se nos olvide que "ganó López Obrador", o para que se nos olvide que ganó el Chapo Guzmán, o para que los intereses extranjeros se apropien de nuestra Nación. ¡Ay Diosito! Hace falta tener muy poca voluntad para no echarle al menos algo de sentido común a las cosas y cuestionarse más bien si se están exagerando las cosas de manera deliberada para que la agenda pública se despeje de los temas incómodos (lo cual sí está dentro de las posibilidades de lo sensato, sin necesidad de llegar al Chupacabras porcino) o si, por el contrario, el número de contagios sea mayor al que anuncian las autoridades y se están tratando de minimizar las cosas para evitar la ya de por sí inflamada histeria colectiva, o peor aún, si ni siquiera las autoridades saben si es lo uno o lo otro.

Pero de ahí a que si fueron los OVNIs los que causaron esto, para apoderarse del planeta, o si fue por los flujos de energía del new age, o el castigo divino que nos ganamos porque la Suprema Corte declaró que una ley local que despenalice el aborto no es inconstitucional.

En fin, que ya es de todos sabido que la inteligencia no abunda y en casos de emergencias sanitarias se hace todavía más escasa y se esconde detrás de cubrebocas llenos de saliva escupida para hablar sandeces.

A mí lo único que me queda más claro (y vaya que ya lo sabía) es que los medios de comunicación masiva están desempeñando de manera muy deficiente su altísima responsabilidad social, atarantados por el perenne deseo de tener una audiencia cautiva, pero dejando de lado su compromiso ético de informar a la sociedad de manera oportuna, clara, con transparencia sobre la fuente de la información, pero qué podría esperarse de esos pseudoinformadores que ni siquiera tienen la capacidad de enunciarla de manera precisa, por vida de Dios.

2 comentarios:

Paco Bernal dijo...

Hola Rafa!
Estoy completamente de acuerdo contigo. Y, además, hemos tenido una especie de coincidencia transatlántica. A mí, todo esto me ha recordado a las fantásticas (y apocalípticas) teorías que se lanzaron tras el 11-S.
En España, particularmente, los medios de comunicación se están viendo en la necesidad, durante las últimas horas, de dar algo de marcha atrás porque el ambiente ha empezado a escapárseles de las manos. La repanocha fue ayer cuando se supo del sexto caso. Titulares a todo lo que da una web: !Primera persona que se infecta de la gripe sin haber estado en México! (lógico, era la novia de uno de los enfermos). Pero es que nadie dio ese dato más que en letra pequeñita pequeñita pequeñita. Y así, la histeria se ha disparado. La gente piensa que por ir en el metro ya vas a coger algo. Las mascarillas protectoras están agotadas de las farmacias.
En Austria todo está siendo muchísimo más sensato (y eso que hay una mujer que está enferma en Estiria y otra aquí, en Viena). Sale un médico en la tele, explica que hay que lavarse las manos, que la situación está controlada y que los enfermos, una vez tomados sus medicamentos, serán dados de alta pronto.
En España, en cambio, y no sé si ya en México, están hablando de las posibles mutaciones asesinas que el virus puede sufrir (con más mortíferas consecuencias, etc).
En fin: espero que no te aburras mucho durante tu forzada reclusión. Cuidate.
Un abrazo,
P.

Anónimo dijo...

Hola Rafael!
Me gusta mucho como escribes y cada que puedo paso por aqui haber que tienes de nuevo, tus temas se me hacen super interesantes, te felicito y que estes bien