Creo que no hay día conmemorativo más importante para el país que el 16 de septiembre, cuando se celebra el inicio de la guerra de Independencia de México (que nació en ese momento como Nación, aunque a veces nos pareciera que existía desde antes que llegar el furibundo de Hernán Cortés) contra la corona española. Digo, tampoco tenemos muchas efemérides de dónde escoger, entre el inicio de la Revolución Mexicana (20 de noviembre) que nadie supo cuándo se acabó ni (bien a bien) para qué sirvió; el cinco de mayo, que más bien es celebrado por los paisanos que residen en Estados Unidos con fiesta en la Casa Blanca y figuras artísticas de la calidad de Paulina Rubio o Thalía (normalmente como un pretexto para celebrar su mexicanidad porque suelen no saber ni qué se celebra), además, de que qué pena!!! celebrar que les ganamos UNA batalla a los franceses, hace siglo y medio, digo ya va siendo hora de que lo superemos e impulsemos a cambio "el día del compadre"; el día de la Virgen de Guadalupe, que a los protestantes y ateos les debe valer un reverendo pepino (supongo); o el 21 de marzo que nunca he sabido bien si conmemoramos el natalicio del presidente mejor peinado de la historia, Benito Juárez, o si de plano es pura mariposería y se trata de recibir a la primavera. Y así una larga lista de fechas de conmemoración muy discutible. Pero en el mes de septiembre sí se ve más de un corazón enchido de mexicano, por celebrar ni más ni menos que "el mes de la Patria"... o sea, el meeeees de la Patria, con sus treinta díotas para que no quede duda de que somos bien patriototas.
Con esto me acordaba yo, hace unos días, que en Sonora, mi tierra, ni cuenta se dieron de que ahora eran parte de un país independiente y, para no molestar a los rancheros que ya tenían suficiente con la sequía permanente, el mismo gobernante que representaba a la Corona, se quedó representando a la ???, mmm... República. Digo, para qué tanto esfuerzo, estar a diez mil kilómetros de Madrid, o a tres mil de la ciudad de México, no hacía mucha diferencia en aquellos tiempos de lomos de mula. Mis antepasados de ese tiempo, que supongo que son la extensión de mí mismo en el pasado, no tengo ni idea en qué estarían pensando o si la noticia les pareció digna de mención. Creo que algunos ni siquiera habían llegado al país, así que con toda seguridad estarían más preocupados por escapar de alguna hambruna (que tengo la impresión de que todo el pasado estuvo lleno de hambrunas) que de asuntos de jurisdicción.
Traigo esto a colación, pues como paso tan seguido por el Zócalo, que ha sido "embellecido" toditito con puro tricolor (verde, blanco y colorado... of course), bien vistoso y mexicanote y de que un alto porcentaje de chilangos suele empotrar banderitas en los lugares más inverosímiles, me surgieron dudas al respecto del patriotismo simbólico mexicano.
Yo me acuerdo que yo también de pequeño sentía bonito de ver ondear la bandera por los aires y prestar el juramento a la bandera (whatever it meant... por ejemplo, "símbolo de la unidad de nuestros padres y nuestros hemanos" what? cuándo se ha sabido que una bandera pueda desfacer entuertos familiares. O eso de la "nación humana y generosa" si en mis primeros años de vida gobernaba al país José López Portillo, ¿que podía tener de humana esta nación?). También me gustaba entonar (por así decirlo) el himno nacional y el resto del conjunto de lo que significa ser patriota en este país tan particular que habito. Crecer trajo consigo algunas consecuencias y, entre ellas, ciertas formas de escepticismo que mellan la abstracción del amor a los símbolos patrios. Ya por amor patrio sólo entiendo llevar una vida respetuosa del próximo(tan difícil que esto resulta en la ciudad de México), que también son Patria; enterarme y participar en la vida pública de mi comunidad y del país todo, porque para que la Patria funcione no nos queda de otra que no desfallecer al impulso apático de que nuestra voz y voto no cuentan lo suficiente para lograr algún cambio. Lo que sigue son minucias, pero no soportaría a ningún "patriota" (así traiga su banderita tatuada en salvas sean las partes) que tire basura en la calle o en la carretera, que no ceda su asiento a los ancianos, embarazadas, o personas con bebés; que provoque un incendio forestal, que robe, que torture, que viole o que haga explotar ductos de Pemex. En nuestro país hay tanto por hacer que solamente agarrar una banderita me resulta harto insuficiente.
Con esto me acordaba yo, hace unos días, que en Sonora, mi tierra, ni cuenta se dieron de que ahora eran parte de un país independiente y, para no molestar a los rancheros que ya tenían suficiente con la sequía permanente, el mismo gobernante que representaba a la Corona, se quedó representando a la ???, mmm... República. Digo, para qué tanto esfuerzo, estar a diez mil kilómetros de Madrid, o a tres mil de la ciudad de México, no hacía mucha diferencia en aquellos tiempos de lomos de mula. Mis antepasados de ese tiempo, que supongo que son la extensión de mí mismo en el pasado, no tengo ni idea en qué estarían pensando o si la noticia les pareció digna de mención. Creo que algunos ni siquiera habían llegado al país, así que con toda seguridad estarían más preocupados por escapar de alguna hambruna (que tengo la impresión de que todo el pasado estuvo lleno de hambrunas) que de asuntos de jurisdicción.
Traigo esto a colación, pues como paso tan seguido por el Zócalo, que ha sido "embellecido" toditito con puro tricolor (verde, blanco y colorado... of course), bien vistoso y mexicanote y de que un alto porcentaje de chilangos suele empotrar banderitas en los lugares más inverosímiles, me surgieron dudas al respecto del patriotismo simbólico mexicano.
Yo me acuerdo que yo también de pequeño sentía bonito de ver ondear la bandera por los aires y prestar el juramento a la bandera (whatever it meant... por ejemplo, "símbolo de la unidad de nuestros padres y nuestros hemanos" what? cuándo se ha sabido que una bandera pueda desfacer entuertos familiares. O eso de la "nación humana y generosa" si en mis primeros años de vida gobernaba al país José López Portillo, ¿que podía tener de humana esta nación?). También me gustaba entonar (por así decirlo) el himno nacional y el resto del conjunto de lo que significa ser patriota en este país tan particular que habito. Crecer trajo consigo algunas consecuencias y, entre ellas, ciertas formas de escepticismo que mellan la abstracción del amor a los símbolos patrios. Ya por amor patrio sólo entiendo llevar una vida respetuosa del próximo(tan difícil que esto resulta en la ciudad de México), que también son Patria; enterarme y participar en la vida pública de mi comunidad y del país todo, porque para que la Patria funcione no nos queda de otra que no desfallecer al impulso apático de que nuestra voz y voto no cuentan lo suficiente para lograr algún cambio. Lo que sigue son minucias, pero no soportaría a ningún "patriota" (así traiga su banderita tatuada en salvas sean las partes) que tire basura en la calle o en la carretera, que no ceda su asiento a los ancianos, embarazadas, o personas con bebés; que provoque un incendio forestal, que robe, que torture, que viole o que haga explotar ductos de Pemex. En nuestro país hay tanto por hacer que solamente agarrar una banderita me resulta harto insuficiente.
4 comentarios:
Pues deberías pasar tus patitas a los "unites", digo con tus palabras inglesas seguro tus antepasados eran de esos rumbos. y deja que la bola de muertos de hambre (porque la revolución, desgraciadamente,no sirvió para quitarle el hambre a todos los mexicanos) festeje de la única manera que tiene su pobreza, miseria (porque la lana nada más les alcanzó pa' comer, no para aprender idiomas) o como le quieras llamar. yo más bien admiro que tengan el animo de celebrar en este país donde solamente los que no son de piel morena (y no estoy en contra de los inmigrantes, bueno existen excepciones) sean los únicos que puedan celebrar de manera menos "naca".
Uyy...creo que la persona que ha escrito el comentario anterior no te ha entendido bien.
Yo creo que has escrito un post brillante y que además de todo el sentido del humor que tú tienes y de las cosas que hacen reír has escrito ideas muy profundas y muy importantes. Yo también creo que es mejor ser cívico y respetuoso sin más, que patriota de los de agarrarse el pecho y luego vete a saber. Pero escribo desde España, espero que no se moleste nadie, no querría faltar al respeto a ningún mexicano ni a ninguna persona de ningún sitio, y los primeros patriotas que no soporto son los de mi país desde los tiempos de los tiempos hasta ahora.
En fin...qué bonito sería eso de "ser ciudadanos del mundo".
Un beso, Rafael
Yo tambien pienso que el primer comentario...no...mejor dicho YO no le entendi, pero bueno! Bah!
A mi me encanta Rafael y su Humor!
sus vivencias y Todo, lo conosco desde muy chico y se que sus antepasados no viene de USA?
tal vez de Espania?
y por supuesto que no te vas a "aguitar"(ufale y ahora como pongo los dieresis?Whatever)!!! por el coment jajajaja!
Andale pues tu sigue que yo me deleito con tus escritos!
y pongo a Leo que los lea conmigo
y este en especial si me permites lo voy a copiar para que lo lea mi papa (Carmelo R.)
Saludos y Felices Fiestas Patrias!
Celinita Duran R.
Como Cristina, creo que debemos ser "ciudadanos del mundo". Festejamos sólo la independencia política de España pero en realidad somos profundamente dependientes. El patrioterismo es patético, limitado, ignorante.
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