¿No les ha pasado al volver a ponerse una prenda de invierno, después de que estuvo guardada casi todo el año, meter la mano a una bolsa y sacar de entre servilletas mocosas y boletos del cine, un billete de no tan baja denominación? Ahhhh qué gusto da!!! Es como ganar dinero, porque aunque el billete ya fuera tuyo es como si no lo tuvieras y lo acabaras de recibir de premio. También pasa con algún pantalón que después de lavado todavía puedes recuperar aunque sea un billete de veinte pesos (bravo a quien se le ocurrió hacerlos de plástico y no de papel moneda, como harán ahora con los de 50 pesos y más adelante con los de 200 y los de 500). La verdad es que se siente muy bien cuando te pasa. Ah!!! pues la sorpresa que hoy quiero contaros es que esta semana me pasó!!!! exactamente lo contrario!!! Oooops!!! Pues como la tercera ley de Newton, el sentimiento es de igual magnitud pero en sentido contrario. Afortunadamente que no padezco crisis recurrentes de depresión porque, vive Dios!, que es un buen detonante. Resulta que tuve que pagar a la universidad cargos que no tenía la menor idea que existían en mi vida y que mi presupuesto no había contemplado en lo más mínimo. No les voy a decir cuánto me cobraron en total, no sea que haya entre los lectores algún adinerado que no juzgue la cantidad como onerosa y eso sería una afrenta muy fuerte contra mis tarjetas que sudaban mientras que con manos temblorosas las insertaba en el cajero para exprimirlas y poder pagar una serie de deudas que nunca supe que había contraído. Además, malditas universidades gringas, tanto que me estaba gustando estar en una de las Ivy League, creyendo que todas las facilidades las subsidiaba alguna fundación de un millonario muerto, incapaz ahora de disfrutar de su fortuna. Pues nada, todo lo que he disfrutado y aun lo que no he disfrutado, me lo iban a cobrar a un precio que sin duda me hubiera hecho pensar dos veces si era razonable pagarlo. Aunque después de una intensiva auscultación burocrática me aseguraron que de ninguna manera quedaba a mi juicio si no usaba los servicios para no tener que pagarlos. Y que todos eran "mandatory", o sea, ooobliiiigaaaatooooriiiiioooos, así... con las vocales muuuy marcadas. Pero es que te cobran por ser extranjero, como si no les hubiera pagado suficiente a los de migración; por tener pecas en la espalda; por no orinar sentado y hasta por recetarte curitas y aspirinas en la "enfermería", pero a un precio que deben ser enfermeras ganadoras del premio Nobel de enfermería (si lo hubiera). Y, nada, ahora mi presupuesto tuvo que hacer algunos ajustes que tendrán como resultado hacer la economía de mis alrededores más deficitaria y conducirán a la extinción de mi alter ego, homo shoppingus. Pero ni eso me ha quitado el buen humor, así que creo que estoy madurando, jajajaja, ni al caso el último comentario, fue sólo un dejo de literatura surrealista-dadaísta de mi parte, o como diríamos en Sonora, fue sólo una pendej$%...
- Sshhhh Rafa!!! que hay niños presentes...
- Perdón... Ooots
Pues sin más malas noticias que la de que ya estoy en parciales y con más material de estudio que el que quisiera me despido, no sin antes mandarles un fuerte abrazo...
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3 comentarios:
Tu humor a pesar de todo!
me hiciste reir con tu post - se muy bien de lo que estas hablando-
Parece que este cumplea;os vendra acompa;ado de madurez y de Happy-Bday s
Amigo! el mundo capitalista es así, los dólares no son nada, los euros no son nada, vuelan, pero vaya con qué facilidad. a mí también se me van.Pero no, no pierdas la sonrisa, te llevarías mal rato para tener que pagar igual.qué sangrones!Un abrazo español!
Tus aventuras y desventuras en yankeelandia son memorables. Y la sangría de dólares a tu menguante economía no para de dar sustos. Pero veo que lo superas con tu inagotable humor. Un abrazo, amigo.
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