martes, junio 17, 2008

Los guachos

No hace mucho había escrito, no recuerdo con qué motivo, sobre el uso del término guacho en Sonora. Quienes vivan ahí o lean la prensa local se darán cuenta de la pertinencia de volver a abordar el tema. La historia va más o menos así. Hace rato el Gobernador del Estado, Eduardo Bours, viene conflictuado con el Gobierno Federal sobre la administración de la carretera denominada "la cuatro carriles" (muy a lo sonorense, o sea, llamar las cosas por su descripción o función directa, otros ejemplos de esta denominación funcional es decirle a los binoculares, mira-lejos o a los palillos pica-dientes). Bueno, la carretera (que es de cuatro carriles) es operada por el Gobierno Federal y los testimonios desinteresados que he escuchado coinciden en que su estado es deplorable, a pesar de que la siguen cobrando con singular alegría. El Gobernador quiere, entonces, que se transfiera la administración al nivel estatal y, creo, que se suprima una de las casetas que está al sur del Estado, supongo que por resultar muy gravosa para los residentes del sur de Sonora.

Hasta ahí el conflicto parece normal, porque una de las características de un sistema federal es que el gobierno central y los gobiernos locales están constantemente jugando a reclamar atribuciones o a deshacerse de ellas, en perjuicio del otro nivel de gobierno. Aun sistemas federativos muy maduros como el de Estados Unidos o Suiza, suelen tener diferencias importantes en la definición de los derechos y obligaciones de la federación y de los federados. Por ejemplo, el cantón suizo (que es el nombre de las entidades federativas de Suiza) de Appenzell negaba el voto a las mujeres en las elecciones locales ¡hasta 1990! en un país con un desarrollo cultural que hacía esa disposición una verdadera inconsistencia. Otro ejemplo reciente en Estados Unidos es que los tribunales del Estado de Texas se han negado a cumplir el compromiso internacional contraído por el presidente (Federal) Bush (que paradójicametne es también tejano) de cumplir con la resolución de la Corte Internacional de La Haya de suspender las ejecuciones de varios mexicanos que fueron condenados a pena de muerte (en diferentes juicios) sin respetar su derecho de dar aviso a su consulado, en contravención a lo dispuesto en la Convención de Viena, que Estados Unidos había suscrito. El caso es que la Suprema Corte estadounidense terminó por decidir que el compromiso del presidente (a nombre de su país) no podía obligar al Estado de Texas.

En fin, ejemplos abundan pero el asunto es que en una federación es común que existan desacuerdos sobre qué nivel de gobierno debe hacerse cargo de tal o cual cosa, tal y como pasa ahora entre el Gobernador de Sonora y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Gobierno Federal, sobre la administración de la susodicha carretera.

Todo el pleito anterior que les comenté viene a cuento, porque "fulanito de tal", que creo que encabeza una organización que no conozco, pero que suena muy proclive al partido que gobierna el Estado (PRI), publicó un deplegado en el cual usaban el término despectivo "guacho", para indicar que la gente del sur no debía decidir sobre una carretera que era de los sonorenses. Este término, en realidad, es muy común en Sonora y se utiliza para desginar a la gente del sur del país (entendido por sur del país, todo lo que esté al sur de Sonora que, si han visto un mapa de México, es prácticamente toda la República). El término no es neutro, sino que tiene generalmente una connotación peyorativa. Los guachos en la mitología sonorense son gente "de la que no te puedes confiar", "con costumbres diferentes". Tiene también agregado un estereotipo racial: los guachos son "chaparritos y prietitos" y marcadas facciones indígenas. El asunto es que aunque el término todos lo conozcan y lo usen, definitivamente no es políticamente correcto para ser usado en público por lo que el desplegado en cuestión ha causado muchas reacciones en los medios y en otros sectores de la sociedad.

El punto que quiero tratar en esta entrada es que es muy necesario confrontar públicamente las categorías sociales que se usan en nuestras comunidades con el fin de deshacernos de aquellas generalizaciones fáciles que estigmatizan a ciertos grupos de personas. En Sonora se usa guacho como reacción anticentralista, pero el término esconde una xenofobia que también es racista. Cuando la gente no se cuestiona sus propios prejuicios, simplemente no cae en la cuenta de que son eso, juicios anticipados y muy comúnmente falsos. Pero, además, no captamos el grado de intolerancia y facismo del que somos promotores cuando enarbolamos este tipo de posiciones excluyentes. La famosa frase "haz Patria, mata un chilango" que es repetida como una gracia no resiste el menor análisis ético, pero decir algo así en privado o en un grupo de amigos parece estar socialmente legitimado.

La construcción de una identidad regional, sobre todo en lugares que por sus características geográficas o históricas tienen una existencia muy autónoma, como es el caso de Sonora, no me resulta reprobable. Por el contrario, es enriquecedor para la diversidad cultural (externa no al interior, hacia donde se tiende a generar mayor homogeneidad). Sin embargo, yo me enorgullezco de ser sonorense por la cultura del esfuerzo y por la laboriosidad; por la carne asada, los chiltepines y la machaca; por la autenticidad de sus vaqueros y la simpática resequedad para comunicarse. No me enorgullecería ser de un Estado excluyente e intolerante, no me gusta la parte de lo sonorense que discrimina lo indígena proveniente del sur del país, ni que un personaje público utilice la animadversión cultural que nos divide de los demás mexicanos y lo aproveche para las disputas políticas.

Lo mismo pasa en México con las categorías fresa, naco, joto, chacha, chero, cholo... y seguramente en otros lugares con términos similares. También esconden intolerancia y discriminación y en la medida en la que no confrontamos su verdadero contenido nos hacemos parte de una sociedad segregada e injusta. Tal vez algunos sí capten que eso es lo que provocan y quizá sea exactamente lo que quieren implicar cuando usan esos términos, por eso han existido falanges, partidos nacional socialistas y neo-nazis, pero tantos otros simplemente nos dejamos arrastrar por la inercia de las estructuras sociales previas y no les aplicamos el juicio moral que las reprobaría y las iría desapareciendo con ese hermoso impulso individual que se convierte en colectivo y que ha sido el motor de la evolución a una mejor humanidad.

miércoles, junio 11, 2008

En los días de la Novena


Recuerdo que la noche anterior había llovido y que el aroma a tierra mojada alegraba mi conciencia. Recuerdo que era una hora en la que normalmente estaría dormido, pero después de haber asistido al rezo madrugador de la novena de la Santa Patrona del pueblo decidí escaparme al río bricando charcos por el callejón que atravieza las milpas. También recuerdo que la frescura de la madrugada luchaba tenazmente contra el calor húmedo que era el emperador del resto del día. Y había un ligero viento, casi imperceptible que podía ser visto cuando juguetón mecía las verticales hojas de los sauces y que hacía lucir como confetti mágico de vida las hojas de los álamos que surcan ambos lados de ese río cuyo caudal espera sediento cualquier llovizna. Y cómo todos los verdes del espectro podían ser identificados en el gran cerro que había reverdecido ilusionado a la menor provocación de las imponentes nubes que bañaron la resequedad de aquel verano, reaccionando impulsivo como quinceañera ante los cálidos roces de los púberes encendidos.

No recuerdo todo, pero puedo sentir perfectamente cómo se mecía el puente colgante, sobre cuyas tablas me había recostado para poder asimilar todo lo que pasaba a mi alrededor y también puedo casi escuchar los caballos que cargaban a vaqueros silenciosos que cruzaban el río y cuyos cascos chocaban contra el agua, golpeando las piedras en el fondo del vado.


Antes de volverme a casa y renunciar a la soledad que en ocasiones me autoimponía, contemplé unos renacuajos (que en ese entonces se llamaban siboris) en el lodo gelatinoso que se forma a orillas del río. Y esos anfibios incipientes me hicieron cobrar conciencia en una mañana temprana de agosto de que la serenidad aparente del mundo es un grito ahogado de vida que parece estarse reprimiento y que no se escucha nunca, excepto cuando quieres.

lunes, junio 09, 2008

Barbas

Me he tardado en escribir en el blog más de lo que quisiera, porque 1) no tengo ideas geniales que pueda expresar rápidamente, 2) no tengo mucho tiempo para expresar mis ideas geniales que requieren de largas explicaciones (aunque tal vez sea que no tengo tampoco ninguna de ésas). Bueno, en realidad, creo que no he tenido ideas geniales después de lo de la crema esa que te broncea (que ni tan buena idea, por razones que deberé explorar posteriormente). Ah, pues no teniendo ni ideas ni tiempo, me queda publicar una foto que acabo de encontrame en Facebook y que fue publicada por mi cuñada Raquel. Se trata de la representación gráfica del que esto escribe (me encanta la expresión "del que esto escribe"... es tan larga para decir simplemente "mí" o "yo") habiéndome dejado seducir por las redes de lo desprolijo y la pereza vacacional, causa originaria de mis disparejas barbas. Además, al parecer, estoy hartamente divertido con lo que parece ser una revista de chismes del espectáculo, así que de seguro me estaba enterando de algún asunto tan relevante como la vida privada de Niurka o las opiniones de Carmen Salinas sobre la reforma energética. Lo más importante de todo es que estoy absolutamente relajado meciéndome en una poltrona de vaqueta (cuero) en mi natal (casi) Huásabas, gozando de la tranquilidad del porche de mi casa. ¡Ya quiero volver! Pero las vacaciones siguen haciéndose del rogar. Damn!!!

lunes, junio 02, 2008

Octomeme

Quería contarles que este fin de semana "me fui de antro"... pero lo único que encuentro cuando salgo "de antro" son razones para no volverlo a hacer. Sobre todo si el antro está en medio de Las Lomas y ha adquirido y exacerbado los aspectos que menos me gustan de la sociedad mexicana: elitismo, discriminación racial, corrupción. Ah, y todo esto teniendo que pagar cantidades muy por encima del valor del mercado. Claro que, por un mecanismo de adaptación muy envidiable que a veces se me activa, terminé divirtiéndome mucho y sacudiendo el esqueleto con singular alegría, sintiendo que estaba burlando al sistema para calmar los llamados de mi conciencia social (logro convencerme de esas falsedades con elaboradas elucubraciones lógicas).

Pero, bueno, en vez de contarles esa anécdota finsemanera, mejor reproduzco un meme que lanzó Cuquita la Pistolera, porque he descubierto que me gusta hacer memes porque me quitan la carga de tener que ser al menos un poco original (en los memes la originalidad es un criterio no exigido). Así que si alguien desea reproducirlo en su blog (o en su terapia de grupo o con su psiquiatra) la invitación está flexiblemente abierta.

8 cosas que me apasionan
1. La coca-cola
2. El chocolate oscuro
3. La carne asada
4. Conocer lugares nuevos (que no es lo mismo que viajar)
5. Platicar con alguien "interesante" (que lo único que quiere decir es que me interese a mí)
6. Jugar con mis sobrinos
7. Friends (ooots, me tenía que salir)
8. Una fiesta con puros amigos (porque el punto anterior sólo se refería a la serie gringa)

8 cosas que quiero hacer antes de morir
Ya hice toda una entrada sobre este punto, aunque no me acuerdo si eran ocho...
(Ah, creo que había puesto que ser profe en una universidad... eje!!! una menos)

8 cosas que digo seguido
1. Yupi!!!
2. Ooops!!!
3. Bueno... (con entonación alargada en la "e")
(Ooots, creo que mis interjecciones reflejan un nivel muy lamentable, pero bueno... yupi! sí es un abuso)
4. ¿Qué ondas? (significaría ¿cómo estás? en el idioma de Cervantes)
5. ¿Cómo andas? (se podría reponder "con los pies" pero, en realidad, quiere decir también ¿cómo estás? pero indicando que tengo ganas de escuchar la respuesta, a diferencia de la anterior o si empleara el ¿cómo estás?)
6. Concomitantemente (ésa es sólo para impresionar)
7. Soy de Huásabas (seguido de un choro explicativo sobre qué es Huásabas)
8. Con el favor de Dios (cuando digo que haré algo. Se la heredé a mi nana Carmela aunque ella, exagerada como era, usaba la forma larga "con todo el favor de mi tatita Dios" ¡Jesús Sacramentado con las abuelas!)

8 libros leídos últimamente
1. Globalization and its discontents (J. Stiglitz)
2. Economía en el sector público (J. Stiglitz)
¡Qué me pasa!
3. Las intermitencias de la muerte (J. Saramago)
4. The invention of solitude (P. Auster)
5. Final de juego (J. Cortázar)
6. Doce cuentos peregrinos (G. García Márquez)
7. La idea de Europa (G. Steiner)
8. Noticias del imperio (F. Del Paso)

8 canciones que escucho una y otra vez
1. God moving over the face of the waters (Moby)
2. Con la frente marchita (Joaquín Sabina)
3. La belleza (Luis Eduardo Aute)
4. Everybody knows (Leonard Cohen)
5. Everybody hurts (R.E.M.)
6. Aire (Mecano)
7. The fairest of the seasons (Nico/Royal Tennenbaum Soundtrack)
8. Sonata a la luz de la luna (Op. 27, no. 2) (Beethoven)

8 cosas que me gustan de mis amigos
1. Cuando se ríen de mis chistes (por Dios! No les debería causar tanto trabajo)
2. Que llamen cuando no tienen otra razón que ganas de hablar
3. Que platican muy a todo dar
4. Cuando llegan puntuales a la cita
5. Cuando se ríen
6. Cuando dicen una vulgaridad y nos carcajeamos
7. Cuando además de su agradable compañía me ofrecen una botanita
8. Que ya no necesite razones para quererlos (aunque si ofrecen alguna de las siete de arriba, siempre se agradece).